La situación de Twitter es bastante paradójica. Tiene una omnipresencia prácticamente continua en nuestras vidas, apareciendo continuamente en medios de comunicación y con todas las marcas intentando colar sus hashtags entre los trending topics. Incluso el presidente de EEUU ha convertido a la red de microblogging en su forma predilecta de mandar mensajes. Sin embargo, no logra generar los beneficios que debería teniendo en cuenta su magnitud.

Lleva más de un año buscando comprador. Google, Disney, Apple y Viviendi estuvieron valorando su adquisición, pero finalmente todos la descartaron. Y es que la compañía, más allá de los problemas de la monetización. Problemas que afectan a la usabilidad y a su imagen, algo que acaba por espantar tanto a anunciantes como a compradores.

Twitter siempre ha sido un poco Mariano Rajoy, tardando en actuar y haciéndolo solo cuando el problema era ya demasiado gordo para ignorarlo y, como ocurrió con los trolls y acosadores, también cuando era demasiado tarde para hacerlo con efectividad.

Ahora, uno de los problemas que tiene Twitter es el del porno y la prostitución.

Internet está lleno de porno y busca su sitio en el social media

La red de redes está a rebosar de pornografía de todo género y condición, pero los cambios en los hábitos de navegación que supusieron los smartphones y las redes sociales han hecho que incluso las páginas porno busquen su sitio en el social media. No es algo que necesiten tanto como otras páginas, porque al final la gente irá a buscarlo, pero todo ayuda a ganar visitas con respecto a la competencia.

Pero el húmedo mundo del porno no lo ha tenido fácil, ya que Facebook –conocedor de lo fácil que es que las marcas se asusten- ha tenido mano firme a la hora de censurar todo tipo de contenido que se pudiera calificar de mínimamente pornográfico. Instagram, propiedad de Facebook, tiene una actitud similar. Y Google+… bueno, Google+ está vacío.

Así las cosas, el mundo del porno ha acabado por refugiarse en Twitter, tal y como descubrió Ted Cruz, una red social conocida por su manga ancha. Existen redes sociales como Fetlife que tienen un alto contenido sexual, así como numerosos foros, pero son páginas de nicho que deben ser buscadas por el usuario, mientras que la gran ventaja de las redes sociales es que es el contenido el que llega al usuario.

Brazzers cuenta con 1,25 millones de seguidores en Twitter frente a los 58.000 de Facebook. Pornhub tiene 750.000 en Twitter y unos tristes 5.000 en Facebook. Y eso sin entrar a analizar las cuentas de actrices y actores. Está claro cuál es la red social del porno

Y al porno le ha seguido la prostitución

Pero esto no se ha limitado al mundo del porno. Tal y como apunta Raúl Masa, también el mundo de la prostitución ha recurrido a la red del pajarito para promocionar sus servicios, coincidiendo con un momento en el que los anuncios en la prensa escrita comienzan a desaparecer.

Y no hace falta realizar complicadas búsquedas. De hecho, muchas de estas cuentas utilizan hashtags, especialmente de las ciudades o zonas en las que se ofrecen, por lo que en medio de una búsqueda de tuits sobre la sagrada familia puedes encontrarte uno de estos anuncios. La clave, como decíamos, es hacer que el contenido llegue al usuario y no el usuario al contenido, algo que no ocurre con otros tipos de páginas y foros.

Otras cuentas no dudan en etiquetar a eventos en los que creen que pueden pescar clientela. Obviamente, otras trabajadoras del mundo sexual que se desenvuelven exclusivamente en entornos virtuales como las cam girls también recurren a Twitter para mantener un contacto directo con su parroquia.

Entre los usuarios y los anunciantes

Twitter nunca ha sido la empresa que más rápido y hábilmente se ha movido para solucionar sus problemas y actualmente tiene demasiados frentes abiertos como para ser realmente efectivo en ninguno, máxime cuando el problema de los trolls no ha sido solucionado. Pero es que además cuenta con un problema grave de crecimiento. Se trata de una red social poco intuitiva y atractiva de entrada. Al contrario que Facebook, en la que ya de entrada encuentras a tus amigos, Twitter te obliga a crearte un timeline a tu gusto y eso requiere tiempo, algo que muchas personas no están dispuestas a gastar. Por eso, la eliminación de estos perfiles es un riesgo: eliminas un reclamo para un nicho de usuarios que únicamente ellos saben cómo de grande es.

Por otro lado, los anunciantes son alérgicos a cualquier tipo de contenido que pueda generar polémica –y la publicidad debería ser el gran pilar de los ingresos de Twitter, pero no acaba de despegar-. En el pasado hemos visto como YouTube desmonetizaba una enorme cantidad de contenidos, muchos de ellos de sexualidad, para contentar a sus anunciantes, pero para Twitter no es tan sencillo como deshabilitar la publicidad en determinados contenidos ya que esta aparece en el timeline, ya empresa ha demostrado una enorme incapacidad a la hora de controlar el mensaje de los tuits, una de las razones por las que los problemas con el acoso siguen siendo el pan nuestro de cada día.

¿Hará algo al respecto Twitter? Probablemente acabe por plegarse a la voluntad de sus anunciantes –que al final son quienes deben pagar la fiesta-. Además, el usuario que esté en Twitter únicamente por el contenido sexual sea relativamente pequeño ya que quien quiera eso tiene plataformas más adecuadas para ello. La gran duda es qué puede hacer y si lo que haga será efectivo. Que habida cuenta de los antecedentes, probablemente no lo sea.