Las historias de amor surgen en cualquier lugar. Lo mismo en un puente sobre el Sena en un atardecer parisino que en la cola del supermercado. Y, por supuesto, también en los trenes de Renfe. O, bueno, también puede ser que no.

Pero quien más quien menos en alguna vez se ha quedado prendado del pasajero o pasajera que tenía delante... esos ojos, ese pelo... muchos emoticonos de corazones. Eso parecía que le había ocurrido a una usuaria de los trenes, que se había encontrado con el posible amor de su vida. Su historia había encandilado al CM de la empresa.

Una tuitera ha comenzado a explicar una historia de chica conoce chico en el tren, pero él se marcha antes de darse los teléfonos. Ella lo contaba a pildoritas, dejando que el CM de la ferroviaria le interrogase a golpe de gif.

Y, entonces, la historia ha dado un giro de lo más conveniente: ¡apareció el chico!

Pero en Internet hay gente muy astuta, y el engaño pronto quedó al descubierto:

Ante lo cual, los protagonistas reconocieron su ramalazo Bartual:

Ante lo cual, solo se puede decir una cosa: