Se dice que del Kalashnikov se han producido más de 100 millones de unidades. Es el fusil automático más popular en todo el mundo y se ha relacionado con todo tipo de movimientos: desde los revolucionarios hasta los terroristas sin olvidar a las mafias.

El caso es que después de la muerte de su inventor en 2013, el gobierno ruso pensó que sería buena idea levantar una estatua de 7 metros para conmemorar la figura de tan ilustre inventor. El ministro de cultura incluso dijo que Mikhail Kalashnikov era "una marca cultural para Rusia". 

Así que se pusieron manos a la obra y se hicieron unos bocetos con la figura del inventor y varios modelos del famoso fusil. Pero lo que los artistas no tuvieron en cuenta fue que una de las armas que aparecía en el monumento no pertenecía a Kalashnikov, sino más bien todo lo contrario. Pertenecía a los nazis. De hecho era el StG 44, el fusil nazi más famoso, del que se dice que el propio Hitler le dio el nombre.

Monumento con los rifles

Como no podía ser de otro modo, las voces se han levantado en Rusia y han protestado enérgicamente por tan grave confusión. El escultor ha reconocido el error y los operarios han procedido a arreglar el entuerto con una lija, según podemos leer en France24.

En su defensa, se puede decir que Kalshnikov tuvo que estudiar el StG 44 durante el diseño del AK-47 y que seguramente se inspiró en él para diseñar las diversas soluciones y mejoras que presenta el fusil ruso con respecto al alemán.

Operario lijando el StG 44