Gorronear es un arte y hay que tener una habilidad especial para hacerlo como es debido. Plantarse en un funeral y arramblar con la comida del velatorio es algo que puede convertirte en una leyenda entre los parásitos. Es exactamente lo que lleva haciendo una mujer inglesa durante los últimos 14 años.

El sacerdote de la Iglesia de la Santa Redención, en Slough, una localidad al oeste de Londres, aseguró a The Mirror que la mujer consideraba, por alguna razón, que era su deber acudir al máximo de funerales posible debido a un profundo sentimiento religioso. "Ha venido a todos los funerales que he celebrado aquí en los últimos 14 años. Si hay velatorio, siempre consigue que alguien le lleve". Además, añade que "no podía decirle que dejase de venir".

"Solo viene por la comida"

Sin embargo, todo se vino abajo cuando la mujer se encontró con Catherine Whitehead, cuya hija había muerto a los 42 años después de luchar contra la enfermedad de Addison. Según explican los testigos, la mujer llegó a la iglesia en bicicleta y se puso a hablar con los otros asistentes.

Incluso consiguió que el hermano de la fallecida le llevase en coche hasta el velatorio. "Había mucha gente y asumí que era una conocida". La charada cuando ella le dijo que había trabajada con su hija de camarera, algo que la fallecida nunca había hecho.

"Estaba en el buffet comiendo como si no hubiera mañana. Hay una misa cada mañana, no necesita ir a funerales" dijo la madre. "Solo viene por la comida".