Para muchos es "ese actor con cara de ratilla", para otros uno de los actores más reconocidos tras haber trabajado con directores como Martin Scorsese, Quentin Tarantino, Jim Jarmush o los hermanos Coen, además de brillar en series como Los Soprano o Boardwalk Empire. Sin embargo, Steve Buscemi tiene una faceta desconocida para muchos: la de bombero.

A finales de la década de los 70, Buscemi no acababa de decidirse entre sus dos principales intereses: el deporte y la actuación. Cuando comenzó a estudiar en Nassau Community College, no parecía definirse por nada en concreto, por lo que su padre le recomendó intentar conseguir algún trabajo público, aprobando el examen para formar parte del cuerpo de bomberos.

Sin embargo, no sería hasta 1980 cuando entró en el cuerpo, antes trabajó como camarero y conductor de un camión de helados. Lo haría en la estación Engine Company 55, localizada en la pequeña Italia, en Lower Manhattan. Allí estaría cuatro años, combinándolo con participaciones como comediante en distintos teatros, con sketches y monólogos. Su éxito fue creciendo y conociendo a personajes como Willem Dafoe o Jim Jarmush. En 1984 pidió una excedencia de tres meses ante su éxito. La excedencia acabó prolongándose un año y finalmente dejó su puesto como bombero. El resto es historia.

Regreso tras el 11-S

En 2001, con una carrera más que afianzada tras papeles míticos como los de Fargo, El Gran Lewoski o ConAir, su tiempo como bombero parecía cosa del pasado. Sin embargo, el 11 de septiembre de 2001, a las 8.46 cinco miembros de Al-Qaeda estrellaron un avión de American Airlines contra la fachada norte de la Torre 1 del World Trade Center. A las 9.03 un segundo avión, esta vez de United Airlines, impactaba contra el lado sur de la Torre 2. A las 9.37 otro vuelo de American Airlines atacaba el Pentágono, mientras que a las 10.03 un cuarto avión se estrelló en Pennsylvania. La torre sur cayó a las 9.59 y la norte a las 10.28. Las imágenes estremecieron al mundo y también a Steve Buscemi.

La Engine Company 55, compañía de bomberos en la que había trabajado el actor, perdió cinco hombres en los atentados, uno de los cuales había sido su compañero en los cuatro años que estuvo allí. El 12 de septiembre, Buscemi se presentó en la estación ofreciéndose como voluntario.

Durante la semana posterior a los atentados, trabajó turnos de doce horas ayudando a retirar escombros y buscar supervivientes. Apenas hay fotografías ni ofreció entrevistas. Fue una publicación en una comunidad de bomberos de Facebook que reveló al mundo lo que había hecho.

Su colaboración no se limitó a los atentados del 11 de septiembre, cuando el huracán Shandy pasó por Nueva York en 2012, Buscemi se personó en Breezy Point, Nueva York y ayudó en las labores de limpieza.