Varias pulgas portadoras de la peste bubónica han sido encontradas en dos condados al norte de Arizona, EE.UU.. No estamos hablando del argumento de una película apocalíptica de serie B sino de algo real. Según reportan varios medios locales e internacionales, se ha recomendado tomar una serie de medidas de precaución.

Entre ellas están las de no dejar a mascotas libres en la zona, evitar ratas y ratones del área y no exponerse a estos insectos. La enfermedad se transmite con la simple picadura de una de estas pulgas. Incluso el famoso CDC, Centro para control de enfermedades, ha tomado cartas en el asunto pero para poner un poco de calma.

Según la importante agencia, este tipo de casos son comunes en el sudoeste norteamericano, sobre todo en veranos fríos después de inviernos húmedos. Así que no se debería tratar este descubrimiento como algo fuera de lo normal. Eso sí, hay que tomar las precauciones básicas.

La Peste Negra

La famosa Peste Negra es, con toda seguridad, la pandemia que más muertos ha causado a lo largo de la humanidad. La historia de este particular episodio tiene un origen y propagación muy curioso.

Todo comenzó en Crimea alrededor del 1340 donde los genoveses estaban siendo sitiados por los mongoles, aliados con los venecianos, en Caffa. Existe el rumor de que se usaban catapultas para lanzar a los muertos por peste dentro de las murallas para hacer que la enfermedad se propagase.

Algunos de los supervivientes del asedio volvieron en barco a Europa e hicieron escala en Sicilia, Génova, Venecia o Marsella. Si bien a muchos no los dejaban desembarcar, con las ratas no pasaba lo mismo y fueron ellas uno de los motivos por los que la enfermedad llegó al continente. Hacia 1347 los húngaros reclamaron el trono de Nápoles y para ello enviaron a su enorme ejército. Sin embargo, las muertes que causaba la peste obligó a la retirada y, con ella, a la propagación de la enfermedad por centroeuropa.

Algunos historiadores cifran las muertes de la peste en torno a los 50 millones de europeos pero esto está lejos de repetirse. La tecnología y la medicina han avanzado de tal manera que si algo así sucediese, duraría escasamente un par de días.