Puede parecer que, a día de hoy, abrir una cuenta de correo electrónico sea algo a lo que la gente no dedica mucho tiempo a pensar. Quiero decir, lo más seguro es que tengas una cuenta de gmail, una de tu universidad y, tal vez una de icloud (si tienes un dispositivo apple).

La dirección de correo dice mucho de una persona y te permite juzgarla de una forma totalmente gratuita y sin demasiada base ¿o no?. Ya no hablamos solo del nombre de usuario -no sería lo mismo que alguien te de una dirección aburrida y seria con su nombre y apellido que una que denota síndrome de Peter Pan como lavidachupiloca16-. El servidor elegido también transmite mucho.

Hotmail o Yahoo, para esas personas ancladas en el pasado

Pero hubo una época en la que los más experimentados -por no decir viejos- del lugar pasábamos auténticos calvarios para escoger un proveedor de correo electrónico. La primera dirección de muchos pertenecía a Hotmail (correo caliente) que a muchos nos sonó, en un primer momento, a algún tipo de servicio erótico.

Hotmail fue, durante mucho tiempo la fuerza dominante en el correo electrónico, gracias en parte al msn Messenger. Hoy ha sido prácticamente barrido del mapa por Gmail -y la propia Microsoft, propietaria del servicio, lo ha sustituido por Outlook-, pero de vez en cuando todavía se pueden encontrar personas ancladas en el pasado con un menganito85@hotmail.com. No se puede evitar pensar que son personas ancladas en un pasado que realmente no era mejor.

Paralelamente al crecimiento de Hotmail, nacieron muchos proveedores de internet y no era raro encontrarse con gente que tenía dominios de lo más raro: terra.es, ole.es, arrakis.es, latinmail.com, wanadoo.es, lycos.com, hispavista.com, menta.com, etc. Los había de todos los colores y muchos dependían del proveedor de Internet que tuvieras. Yahoo es otro servidor de correo que creció a la sombra de Hotmail. Cuando encuentras a alguien con esta dirección no se puede evitar pensar lo diferentes que debían sentirse en su momento, y lo fácil que debe ser poder buscar tu contraseña si se te olvida.

Un Gmail para dominarlos a todos 

Luego vino la época de Gmail y sus primeras invitaciones. Tener tu nombre ligado al nuevo y exclusivo servicio de Google era un símbolo de status geek. Además que los 2GB gratuitos que ofrecían parecían infinitos, sobre todo comparados con los escasos MB que ofrecían sus competidores.

Hubo una época en la que encontrar a alguien que usaba Gmail era saber que esa persona estaba a la última y que sabía lo que hacía. Hoy nos encontramos con que esa persona avanzada a sus días es una oveja más del rebaño.

iCloud también existe

Más tarde llegó otro boom, el de Apple. Tener alguno de sus productos ayudaba a entrar en el ecosistema cerrado de la marca californiana. Pero fue un suplicio de cambio de dominios para sus usuarios: primero mac.com, luego mobileme.com y finalmente icloud.com o me.com. 

Cada cierto tiempo, casi con la misma frecuencia que el cometa Halley se acerca a la Tierra, alguien te da su correo electrónico y es uno de los de Apple. Aquí hay dos posibilidades para juzgar a esa criatura mitológica que tienes delante. Si tiene una cierta edad, hay que deducir que el primer contacto de esa persona con el mundo de las redes fue con la compra de su iPhone.

Si es más joven -oh, vaya- no te queda otra que llegar a la conclusión de que estamos ante un loco de la manzana de los que usan hasta el último de los servicios de Apple, incluso los malos. El email es suyo y puede hacer lo que quiera, pero mejor no le preguntes direcciones, no vaya a ser que use Apple Maps.