El sueño es uno de los primeros damnificados cuando llegan los días de calor. Teniendo en cuenta que este fin de semana habrá lugares en los que se puedan alcanzar temperaturas de hasta 40 grados, y 13 provincias estarán en alerta amarilla por el calor, hemos recopilado algunos consejos caseros para conciliar el sueño sin recurrir al aire acondicionado:

1) La almohada y las sábanas al congelador

Siguiendo la máxima de Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, uno de los trucos anti calor que resultan más sencillos, si estamos en casa, es introducir la funda de la almohada y las sábanas en el congelador un rato antes de irnos a dormir.  Al recostarnos después en ellas, la temperatura de nuestro cuerpo bajará y la sensación de alivio favorecerá que conciliemos el sueño. 

Si esto nos resulta engorroso, otra posibilidad es humedecer la ropa de cama con un difusor. También hay quien recomienda acostarse con una botella de agua congelada o aplicar compresas de agua fría en la nuca, las axilas o las muñecas.

2) No hacer ejercicio antes de dormir, pero sí darse una ducha tibia

Los profesionales del sueño indican que cuando hace mucho calor es mejor concentrar la actividad deportiva por la mañana. Si salimos a correr o vamos al gimnasio antes de acostarnos aumentará nuestra temperatura corporal y es justo lo que no necesitamos en las noches de calor. Se recomienda por tanto, evitar hacer deporte entre tres y cuatro horas antes de acostarse.

Otro truco muy recurrente es darse una ducha de agua fresca. Eso sí, hay que evitar que el agua esté muy fría porque al salir se producirá un efecto reactivo en el cuerpo en el cuerpo que será contraproducente. Por tanto, mucho mejor si el agua está tibia.

3) Los tejidos de algodón tus mejores aliados

Las fibras naturales como el algodón 100% transpiran mejor y contribuyen a que sudemos menos, así que los expertos recomiendan, en los días de mucho calor, utilizar tanto en las  sábanas como en los pijamas, tejidos de algodón. La seda natural también sería una buena opción a la hora de regular la temperatura, pero aquí entran otros factores en juego como el precio.

4) Dormir cerca del suelo y... mejor solo

En esta infografía pensada para paliar el calor en lugares con temperaturas extremas como Dubai (Emiratos Árabes) recuerdan que el calor tiende a desplazarse hacia arriba, así que para dormir más frescos lo suyo sería dormir a ras de suelo o cuanto más cerca del suelo mejor.

Y, por mucho que nos pese, dormir acompañados también aumentará nuestro calor corporal así que por unos días igual nos conviene separarse.

5) No dejar aparatos electrónicos cargando en la habitación

Aunque no lo creas esas lucecitas de stand by de la televisión o el reproductor de música están consumiendo energía y aportando más calor. En los días en que cualquier detalle importa, mejor dejar los móviles cargando fuera de la estancia en la que vamos a dormir y apagar por completo -no dejarlos en modo reposo- cualquier aparato.

6) El aire acondicionado mejor antes de dormir, pero no durante la noche

Aunque hay quien lo considera el mejor invento del siglo, los expertos indican que recurrir a él en exceso puede provocar resfriados, dolores de  garganta y hasta contracturas musculares. La Doctora Mónica Moreno, del Hospital La Milagrosa de Madrid, indicaba en este artículo que "es mejor utilizarlo antes y refrescar la habitación donde se va a dormir consiguiendo una temperatura entre los 21 y 23 grados y apagarlo antes de ir a dormir". 

Si no tenemos aire acondicionado en casa la doctora señala que es "mejor tener un ventilador de techo y dejar la ventana abierta para que se renueve el aire de la habitación". 

7) Evitar el alcohol y las comidas fuertes

En los días de calor tendemos a socializar y consumir más alcohol, pero si lo que buscamos es dormir a pierna suelta lo recomendable es evitarlo. ¿Por qué? Porque aunque contribuye a que conciliemos el sueño más rápido, la calidad del mismo será peor. Lo mismo con la comida. Los expertos aconsejan prescindir de cenas copiosas y platos calientes porque, al tratar de digerirlas, el cuerpo produce más calor.