A Nolan Scully le detectaron un rabdomiosarcoma -un tumor maligno que afecta a los tejidos blandos- en 2015, con sólo tres años. Desde entonces, su familia y él emprendieron una dura batalla contra la enfermedad que acabó el pasado mes de febrero, cuando el pequeño, nacido en la ciudad de Maryland (Estados Unidos), falleció. 

Todo comenzó con un resfriado que no terminaba de curarse con el tratamiento. Fue entonces cuando los médicos lo hicieron una biopsia y se dieron cuenta de que la realidad era mucho peor de lo que creían. Desde ese mismo momento, Ruth y Jonathan, los padres del pequeño, decidieron abrir una página de Facebook, Nolan Strong, en la que han ido contando la enfermedad de su hijo y cómo se estaban enfrentando a ella. 

El pasado 5 de abril, dos meses después de despedirse de su hijo, fallecido el 4 de febrero, Ruth quiso reproducir en Facebook la última conversación que mantuvo con él antes de morir. Ésta ha sido compartida más de 650.000 veces en apenas tres semanas. El mensaje de Ruth incluye dos fotografías del pequeño. En la primera de ellas, Nolan aparece acurrucado sobre la alfombra del baño antes de partir al hospital para iniciar la quimioterapia. En la segunda, hecha dos meses después de su muerte, se ve el mismo lugar, pero ya vacío, sin Nolan. 

"Dos meses. Dos meses desde que te tuve en mis brazos, escuché lo mucho que me querías, besé esos labios pastel. Dos meses desde que nos acurrucamos. Dos meses de puro infierno", dice Ruth al comienzo de una carta en la que se muestra a corazón abierto. Según narra en la misiva, el última día que llevó a Nolan al hospital, sabía que algo iba mal, que no se trataba de un nuevo episodio de la enfermedad ya que su hijo llevaba sin comer desde hacía días y vomitaba continuamente.

"El 1 de febrero nos sentamos con todo su equipo médico. Cuando habló su oncóloga, vi el dolor en sus ojos". El último escáner mostraba que los tumores habían crecido hasta tal punto que se encontraban comprimiendo los bronquios y el corazón. "La metástasis se estaba extendiendo como un fuego salvaje y nos explicó que no creía que pudiese hacer mucho más [...], que lo único que podían hacer era mantenerlo tranquilo mientras su vida se extinguía rápidamente".

Tras conocer la dramática noticia, Ruth se recompuso y fue a la habitación del hospital en la que estaba Nolan. Se sentó junto a él, apoyó su cabeza contra la de su hijo y tuvieron la siguiente conversación:

-Te duele respirar, ¿no?

-Bueno… sí.

-¿Tienes mucho dolor?

-(Mirando abajo) Sí.

-Este asunto del cáncer apesta. Ya no tienes que luchar más.

-¿No tengo que luchar más? ¡Pero lo haré por ti, mamá! (Con felicidad).

-¡No! ¿Eso es lo que has estado haciendo? ¿Luchar por mamá?

-Bueno… sí.

-Nolan Ray, ¿cuál es el trabajo de mamá?

-¡Mantenerme a salvo!

-Cariño… Ya no puedo hacer eso aquí. La única manera en que puedo mantenerte a salvo es en el cielo.

-¡Entonces, me iré al cielo y jugaré hasta que llegues! ¿Vendrás, no?

-¡Absolutamente! ¡No puedes deshacerte de mamá tan fácilmente!

-¡Gracias mamá! ¡Iré a jugar con Hunter, Brylee y Henry!

Al siguiente día, con un cargamento de medicamentos, su madre intentó llevarlo a casa, pero el pequeño no quiso. "Mami, está bien. Vamos a quedarnos aquí, ¿vale?". "Mi héroe de cuatro años estaba tratando de asegurarse que las cosas fueran más fáciles", confiesa la madre en el post. 

Las siguientes horas las pasaron jugando juntos, dispararon armas de juguete, sonrieron todas las veces que pudieron y, una hora antes de morir, se tumbaron juntos. Nolan le contó cómo quería que fuese su funeral. "Escogió a sus portadores, lo que quería que la gente llevase puesto, escribió lo que dejaba a cada uno de nosotros, e incluso escribió cómo quería ser recordado... Por supuesto, como un policía". 

Sobre las nueve de la noche, Ruth se fue al baño a darse una ducha. En el momento de cerrar la puerta, Nolan cerró los ojos y se sumió en un sueño profundo. "Cuando volví, los médicos estaban alrededor de su cama. Él giró la cabeza y me miró con lágrimas en los ojos [...] Corrí y salté a la cama junto a él, puse mi mano en el lado derecho de su cara y entonces ocurrió un milagro que nunca olvidaré. Mi ángel abrió sus ojos, me sonrió y dijo: "Te amo, mami". Volvió la cabeza hacia mí y a las 11:54 p.m. el sargento Nolan Scully mientras yo le cantaba 'You're my sunshine' al oído".

El desgarrador post de Ruth Scully termina con un mensaje: "Miro todo lo que consiguió con sus 4 años y sólo puedo pensar en todo lo que habría logrado con una vida más larga. Pero tristemente, debido a un cáncer infantil, el mundo entero y nuestra familia echará mucho de menos a alguien tan lleno de amor, que sólo quería proteger y servir a los demás. Tenemos que hacerlo mejor con la financiación, la investigación y las opciones de tratamiento".