Son comunes y entrañables para nosotros, porque nos recuerdan al hogar, a nuestra familia o a cosas que vivimos en la infancia. Los que hemos nacido en España estamos acostumbrados a algunas tradiciones navideñas muy particulares que pueden variar según la región o comunidad autónoma a la que pertenezcamos.

Pero desde fuera, no siempre son bien vistas o entendidas, algo perfectamente normal. Hemos querido explorar en estas interpretaciones de nuestro folklore que están menos contaminados por lo emocional y que, desde luego, son más neutras y divertidas que las nuestras.

El Gordo, el día que todo el mundo se va al bar

El sorteo de ‘El Gordo’ tiene un nombre que suena mal y hay que explicarles siempre a los foráneos el significado para que lo entiendan. En este caso, han comprendido esa envidia intrínseca que hay en nuestra sociedad, que hace que queramos poseer lo del otro en lugar de conformarnos viendo cómo lo usa. Porque todos hemos pensado qué pasaría si la lotería le toca a todos nuestros compañeros del trabajo, excepto a nosotros, y no hay cosa que nos pueda dar más rabia. En esa línea han ido los anuncios navideños de Lotería de los últimos años.

“Todo el mundo pasa meses imaginando a cada Pedro, Pablo y Paco en la oficina ganando unos dulces 400.000 euros cada uno, descorchando botellas de cava y saltando como bufones en celebración y acabando sus vacaciones en República Dominicana. Luego se imaginan a sí mismos con los brazos cruzados, fulminados, habiendo sido los únicos imbéciles que tuvieron la posibilidad de comprar el número, pero no lo hicieron”, relata el blog de sugerente nombre The Chorizo Chronicles. También exagera con lo que ocurre el 22 de diciembre: “El país entero se paraliza. La gente deja sus trabajos y se va al bar, mientras sujetan los décimos en sus manos sudorosas y miran esperanzadamente a la televisión hasta que el Gordo se anuncie en algún momento en un evento que dura horas”.

La azucarada cabalgata de los Reyes Magos

El californiano Miquel Hudin cuenta cómo ha sido vivir una de estas ‘parades’ en Girona y compara la figura de los Reyes Magos con Santa Claus. “La peor parte es que la cabalgata normal es normalmente celebrada entre 6 y 8 de la noche, así que los niños ha tenido un buen chocolate para merienda y están supercargados de azúcar”.

Las 12 uvas de la virilidad

FoodRepublic comete varias incorrecciones para referirse a las uvas que se toman en Nochevieja en Madrid desde finales del siglo XIX y cuya ingesta por completo es signo de buena suerte para el año que comienza. Asegura que “raro es el español que se arriesga a envenenar su destino para el próximo año saltándose las uvas, una para cada campanada de la medianoche”, pero lo cierto es que hay en muchos puntos de nuestra geografía en los que esta tradición, más propia de la capital, no ha calado.

Además, el magazine online concibe las 12 uvas como una especie de demostración de virilidad: “Mientras que el objetivo de conseguirlas comer a tiempo pueda ser un concurso de ver quién es más macho alrededor de la mesa, el desafío más grande es no atragantarse cuando las mantienes en la boca e intentar tragarlas a pesar de que rías histéricamente”.

Los Baltasares de betún y su racismo encubierto

Durante mucho tiempo en España no era abundaban las personas ‘de color’, pero las cosas han cambiado y hoy vivimos en un país más multirracial y multicultural. De esos tiempos viene la costumbre de que Baltasar, el rey mago negro, no fuera afroamericano, sino una persona blanca cuya tez había sido teñida. Incluso hemos podido ver a famosos haciéndose pasar por Su Majestad. El año pasado el Ayuntamiento de Madrid cambió las cosas. “Han anunciado que van a poner fin a una tradición discutiblemente racista y colocar a un actor negro para interpretar al rey mago”, señalaba The Local.

Villancicos, las voces del infierno

Según elinqua, una web de idiomas que ayuda a los extranjeros aprender español, nuestros tradicionales villancicos tienen algunos elementos en común que los hacen “diferentes”. El primero de ellos serían las “espeluznantes voces de niños”. La web asegura que esto ha comenzado a cambiar en los últimos años y han aparecido voces más agradables y maduras, sin embargo, “las versiones tradicionales de estas canciones siempre tienen algo en común: voces infantiles agudas y de pito que son difíciles de soportar durante más de un minuto”. A ellas se suman letras “bastante malas” en los villancicos más populares, de acuerdo a la página, que pone a La Marimorena como ejemplo de estas insufribles canciones.

Obsesionados con el marisco

En The Chorizo Chronicles también alucinan con la cantidad de marisco que los españoles comemos en estas fiestas y hablan de que tenemos una especie de “obsesión nacional” con este tipo de comida: “La otra cosa con la que los españoles se vuelven locos en esta fecha del año es el marisco y las gambas especialmente. Si vas a la pescadería local desde ahora a mediados de enero, prepárate para esperar detrás de largas colas de abuelas que están comprando gambas en varios colores y tamaños”.

Los ridículos Santos Inocentes

En esta web turística de Alicante no explican el origen de esta jornada que hace referencia a los niños sacrificados por Herodes. Les llama más la atención el aspecto un poco estúpido que algunas personas parecen adoptar durante este día en el que hay barra libre de bromas. “En España el 28 de diciembre es el Día de los Santos Inocentes (algo como el April Fool´s Day anglosajón) y llevan gafas y pelucas absurdas y se hacen trucos los unos a los otros, gritando ¡Inocente, inocente!”.

El caganer y la mala estrella

Esta popular figura de origen catalán que se ha convertido en una pieza indispensable de los belenes, que cuenta con multitud de versiones de personajes famosos y que es el componente más simpático de estos nacimientos es descrito en Cracked como “el único tipo en Belén que tuvo la desgracia de mover sus entrañas durante el nacimiento de Jesús y ahora está inmortalizado de esa manera para siempre. Tuviste mala pata el día en que Cristo nació. Este es tu legado”. Además, asegura que encontrar el lugar exacto en el que se oculta el caganer dentro de esos gigantescos belenes llenos de personajes es como un juego tipo ‘¿Dónde está Wally?’.

Este año está triunfando la figura en formato Trump. Gtres

El escatológico Tío de Nadal

También en Cracked no entienden muchas de nuestras costumbres en estas fiestas y dicen que “España es básicamente el Japón de la Navidad”. Especialmente perturbados se encuentran con el entrañable personaje del Tïo de Nadal, muy popular en Cataluña y Aragón. “Debes golpear al tronco hasta que vacías sus intestinos y recoger y apreciar su materia fecal”, explican. “Se le coloca cerca de la chimenea el Día de Navidad y se le ordena que cague varias golosinas, como nueces y fruta deshidratada, lo cual es el peor ratio entre riesgo y recompensa que pueda existir”. La web subraya que además de golpear al también denominado ‘Caga Tío’ para que produzca presentes, también hay otras maneras de pedírselo. “El golpe antes mencionado normalmente sirve para obtener toda esa mierda preciosa, pero cantarle una canción también funciona”.

Olentzero, un borracho que sale a beber en Nochebuena

En TDN definen a esta especie de San Nicolás a la vasca y a la navarra como “el Santa vasco, Trae regalos o carbón, pero prefiere vino a la leche con galletas”. Hacen bastante énfasis en su apariencia de leñador un poco trasnochado y en sus capacidades para beber hasta 30 galones de vino, según dice una popular canción. “Es un hombre de montaña cuya pinta no es tan saludable como la de Santa Claus, San Nicolás o Papá Noel. Se viste con ropa tradicional de labranza y una boina, tiene el rostro manchado de carbón, lleva una pipa en la boca y bastantes bebidas en el cuerpo, pero su apariencia de campo no resta ninguna emoción para su llegada el día de Navidad”.





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