Las noches de domingo tienen un protagonista indiscutible en las redes sociales: Salvados, de Jordi Évole. Un reinado que sólo la gala de reencuentro de Gran Hermano ha sido capaz de disputar en tiempos recientes. El propio conductor del programa acompaña con comentarios la retransmisión y no es ajeno a las polémicas tuiteras apasionadas que su figura provoca. Normalmente responde a los ataques con contenido sarcasmo, pero tras 24 horas en el objetivo, ha terminado por estallar: "Mi desprecio absoluto a los trolls tuiteros que no dan para más".

El principal punto caliente fue la materia escogida para el Salvados de este domingo: el supermercado que llena las despensas de gran parte de los españoles, Mercadona. Évole ya había calentado anunciando que mucha gente les había dicho que "no se podía" entrar a investigar los entresijos de la cadena de Juan Roig. También invitó a sus seguidores a ser capaces de nombrar otras marcas blancas que no fueran Hacendado para demostrar su dominio absoluto, una maniobra que le salió por la culata.

El principal motivo de frustración del reportero fueron las críticas de antemano al programa por parte de usuarios que asumían que no se atrevería a revelar el lado oscuro que denuncian los detractores de la cadena debido a su enorme poder de influencia. Otros le acusaban preventivamente de cargar contra una empresa que genera empleo y riqueza en España por sensacionalismo, una acusación que ya recibió en su reportaje sobre Inditex. Ante esas críticas, Évole invitaba a ver el programa antes de "rajar".

Cuando finalmente se ha emitido Salvados, se ha podido comprobar que el programa ha buscado la ecuanimidad, dando voz a directivos y mencionado los resultados económicos, pero también resaltando los testimonios críticos, en especial dos puntos negros: las acusaciones de que Mercadona no permite a sus trabajadores tomarse bajas (y los que lo hacen son marcados con una 'T' de "terrorista" en sus expedientes) y que obligaron a trabajadores despedidos a firmar una cláusula de confidencialidad prometiendo no criticar a la empresa a cambio de su indemnización.

Pero esto no ha satisfecho a los más críticos en Twitter: para algunos, el programa ha sido un "publirreportaje" demasiado dócil con Mercadona que sólo favorecerá su estrategia de darse a conocer sin pagar publicidad tradicional; para otros, buscar acusaciones puntuales de extrabajadores y proveedores que hablan confidencialmente ha sido un intento de enfangar a la marca. Entre dos fuegos y dolido por los ataques que considera injustos, Évole ha terminado por estallar.

Entre otros ataques tuvo que hacer frente a uno recurrente: el escándalo que se remonta a 2012 cuando El Terrat, que por entonces producía el programa, publicó un anuncio buscando a un estudiante para prácticas sin remuneración, lo que sigue rebatiendo para sus detractores su imagen de adalid de la denuncia social.

Polémica defensa de Trueba contra los "fachas"

A la frustración de Évole contribuye que estaba siendo objeto de condenas tuiteras desde el sábado anterior. Ocurrió con otra de las polémicas online del fin de semana: un llamamiento a boicotear la película de Fernando Trueba, La reina de España, en represalia por su discurso al recoger el Premio Nacional de Cinematografía hace un año, en el que aseguraba "no sentirse español".

"Que ganas tengo de verla (...)Y más ganas todavía cuando veo a fachas que quieren boicotearla" - escribió Évole. La interpretación de ese tuit, sobre si estaba llamando a 'fachas' a todos los críticos con la película y con el sistema de financiación pública del cine español fue otro motivo de irritación para el reportero.

No es la primera vez que Évole dice basta. El pasado abril usó su columna en El Periódico para fustigar a los que le habían criticado sin ver el programa, en esta ocasión por el que dedicó a Arnaldo Otegi. Se declaraba "alucinado" por la "cantidad de individuos que han opinado sin ver un solo minuto de la entrevista". Si un periodista no puede entrevistar "a estas alturas" a alguien como "el dirigente vasco", argumentó entonces, "mal vamos". La de este domingo ha estado dedicada a Fidel Castro, en tono elogioso por el discurso revolucionario que mantuvo en vida: un frente más en 24 horas sin tregua.

 

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