Mantener ciertas costumbres higiénicas es fundamental para cuidar de nuestra salud y de las que nos rodean. A menudo, cuando se tratan estas cuestiones, a todos se nos vienen a la cabeza hábitos cotidianos como ducharnos o lavarnos los dientes, pero hay uno más sencillo que habitualmente pasamos por alto.

¿Sabías que lavarse las manos con jabón puede salvar millones de vidas al año? Tal y como explica Clasf España en un comunicado de prensa elaborado con motivo de celebración del Día Mundial del Lavado de Manos, “centenares de niños en el mundo padecen de manera desproporcionada de diarrea y enfermedades respiratorias, que en muchas ocasiones los lleva a la muerte y que podrían haberse evitado con el simple gesto de asearse las extremidades”. Es más, la OMS y Unicef no se cansan de repetir que lavárselas con agua y jabón puede reducir en un 50% las diarreas infantiles y un 25% las infecciones respiratorias. Sin embargo, las tasas de lavado de manos son bajas en todo el mundo, sobre todo en momentos cruciales de la vida cotidiana.

Lavarse las manos con agua y jabón reduce un 50% las diarreas infantiles y un 25% las infecciones respiratorias.

No te engañes y aceptalo: ¿cuántas veces al día te lavas las manos? Es más, en el hipotético caso de que superes la cifra mágica de dos, ¿cuántas de ellas utilizas el jabón y le dedicas el tiempo suficiente? Pues muy mal, que lo sepas.

Aunque no depares en ello, la mayor parte de gérmenes que están a nuestro alrededor se traspasan a nuestro ser a través del tacto. Cada vez que tocas el pomo de una puerta, te agarras de la barra del autobús o tocas el botón del ascensor, te puedes llevar contigo, por poner un ejemplo, un buen contagio del virus del resfriado común. No sólo eso: después de llevarte una buena mugre microscópica en tus manos, te pones a cocinar, le das la mano a seres queridos, coges al bebé de tu hermana… La cosa pinta mal.

Mira que nos lo han advertido a lo largo de la historia, pero nada. Wikipedia

Esta en tu mano –nunca mejor dicho– acabar con las peligrosas y abundantes bacterias que protagonizan tu día a día y ayudar a prevenir su propagación. Tan sólo tienes que aprender a asear tus manos adecuadamente. Porque, no te equivoques: lo estás haciendo mal.

Siete comunes errores fatales

Probablemente no te lo hayas planteado nunca, pero detrás del lavado de manos hay toda una ciencia. No es para menos teniendo en cuenta la cantidad de problemas de salud que podríamos evitar con este sencillo hábito, siempre que lo hagamos bien, claro. Porque... ¿acaso no cometes algunos de estos fallos? Tranquilidad que aquí tenemos las claves para solventarlos.

1. No usas jabón

Enjuagarte las manos solo con agua no sirve más que para remojar las bacterias. Siempre debes utilizar un poco de jabón para cubrir toda la superficie. ¡Ah! Y recuerda que siempre mejor jabón líquido que en pastilla ya que las segundas, si están expuestas a la temperatura ambiente y son utilizadas por muchas personas diferentes, pueden convertirse en un nido de gérmenes y virus.

2. Te das demasiada prisa

No corras porque lo ideal es dedicarle al menos 20 o 30 segundos. De hecho, los expertos recomiendan que cantemos al menos dos ‘cumpleaños feliz’ durante el proceso para asegurarnos de haber dedicado el tiempo suficiente a la desinfección de nuestras extremidades. Abre el grifo y a cantar.

3. Vuelta y vuelta

No basta con frotar bien palma con palma. Enjabonar y limpiar el reverso de tus manos es fundamental, pero los obvias a menudo.

4. Olvidas las uñas, dedos y muñecas

Además de las palmas y dorsales, es importante entrelazar los dedos para enjabonarlos y frotarlos bien, prestar atención a las muñecas y, sobre todo, no olvidarnos de enjabonar las uñas (área en la que se acumulan muchas más de bacterias de las que creemos).

5. Utilizas el secador en lugar de toallitas

¡Error! Básicamente, los secadores de manos son máquinas acumuladoras de bacterias que esparcen los gérmenes por todo el espacio circundante. Además de ruidosos, resultan de lo más antihigiénicos así que mejor utilizar toallitas o pañuelos de papel.

6. No te secas del todo

Si no secamos del todo nuestras manos podemos estar creando el entorno ideal para que gérmenes sobrevivan y se multipliquen. Si no queda más remedio y optas por secador mantén tus manos debajo al menos 35 o 40 segundos.

7. Tocas donde no debes

Aproximadamente el 10% de las personas que pasan por un lavabo no se lavan las manos. Esto se traduce en cientos de bacterias acumuladas en grifería, pomos, cisternas, espejos… Si puedes evitar tocar con las manos determinadas partes del baño una vez te las hayas lavado, mejor que mejor. Tampoco hace falta que te calces una máscara antigas y guantes de látex. Con utilizar una toalla de papel para cerrar el grifo y abrir la puerta para salir de la estancia será suficiente.

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