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Trabajar como fotógrafa especializada en bodas y eventos puede ser muy rentable, pero también altamente estacional. Beatriz, profesional autónoma de Sevilla, conoce bien esa realidad: "Una boda puede darme 1.800 euros, pero en invierno no tengo trabajo".

Su testimonio refleja la dualidad de este sector, donde los ingresos dependen directamente de la temporada y de la demanda de los clientes.

Durante los meses de primavera y verano, Beatriz llega a cubrir hasta cuatro bodas al mes, con paquetes que incluyen desde la preparación de la ceremonia hasta la sesión de fotos nocturna en el banquete.

Cada evento puede suponer ingresos que rondan los 1.500-1.800 euros, dependiendo de la duración, la cantidad de fotografías y los servicios adicionales, como álbumes impresos o sesiones preboda. Sin embargo, cuando llega el invierno, la actividad disminuye drásticamente y los encargos escasean.

Esta irregularidad obliga a muchos fotógrafos autónomos a planificar cuidadosamente sus finanzas y buscar ingresos alternativos durante la temporada baja.

Beatriz, por ejemplo, realiza sesiones de retrato familiar, fotografía de producto o colaboraciones con estudios de moda y empresas locales, para mantener un flujo de ingresos constante. "No es lo mismo que una boda, pero ayuda a cubrir gastos fijos como el alquiler del equipo y la publicidad", explica.

Actualización

Además de la estacionalidad, el sector también exige actualización constante. Las tendencias en fotografía, la edición digital y la presencia online son factores determinantes para atraer clientes.

Beatriz ha invertido en cursos de retoque, marketing digital y fotografía creativa, conscientes de que un perfil profesional atractivo en redes sociales puede marcar la diferencia entre conseguir un encargo o quedarse sin él.

A pesar de las dificultades, la fotógrafa destaca la satisfacción de ver plasmados momentos únicos y de crear recuerdos que perdurarán para siempre. "Capturar emociones y contar historias a través de las imágenes es lo que hace que merezca la pena", asegura.

El testimonio de Beatriz evidencia los retos y oportunidades del trabajo autónomo en la fotografía de eventos: altos ingresos en temporada alta, períodos de escasez en invierno y la necesidad de diversificar servicios para mantener la estabilidad económica.