Sonia, periodista de 37 años y madre de una niña, confiesa que la conciliación familiar "es mentira". Explica que su hija tiene que vivir entre semana en casa de sus padres porque no puede atenderla.
"Me paso el día trabajando o pensando en el trabajo. A veces la veo solo un par de horas al día, y con suerte", lamenta.
La periodista asegura que ha llegado a plantearse pagar una manutención a sus padres por el tiempo y los cuidados que dedican a su hija.
"Se ocupan de todo, la llevan al colegio, le preparan la comida, la acuestan y yo, mientras tanto, estoy en la redacción o en casa terminando cosas. Es muy duro reconocer que tu hija pasa más tiempo con sus abuelos que contigo", confiesa.
Sonia también reclama que la conciliación laboral es, en la práctica, imposible en su profesión: "Nos venden eso como si fuera algo posible, pero en el periodismo, al menos, no lo es", explica.
"Si no estás disponible las 24 horas, parece que no estás comprometida con tu trabajo", cuenta la periodista con resignación.
Sus condiciones laborales han empeorado
Con casi nueve años de experiencia, asegura que las condiciones laborales han empeorado: "Cada año es peor, te exigen más, te pagan lo mismo y encima tienes que dar las gracias por tener contrato", afirma.
Asegura haber cobrado "menos de 1.200 euros netos" por jornadas que se alargan hasta las nueve o las diez de la noche. "Y no hablo de picos de trabajo, hablo del día a día", aclara.
Sonia describe un ambiente laboral marcado por la presión y la incertidumbre: "En las redacciones se respira miedo. Siempre hay rumores de despido, recortes o fusiones, pero como todos sabemos lo difícil que es encontrar trabajo, agachamos la cabeza y seguimos", explica.
Su historia refleja una realidad que viven muchos trabajadores, y no solo en el sector del periodismo. Son muchos los abuelos que tienen que hacerse cargo de sus nietos en tareas como recogerlos del colegio o hacerles el almuerzo porque sus padres están trabajando hasta tarde.
Sonia resume en su experiencia la dificultad de compaginar la vida laboral con la maternidad, ya que se ha visto obligada a pedir ayuda a sus padres para que cuiden a su hija mientras se encuentra en su puesto de trabajo.
