Fran es encintador de pladur en Jerez de la Frontera, un municipio de Cádiz a menos de una hora de Sevilla. Este joven de 23 años es tajante sobre su oficio. A pesar de que "los sueldos pueden llegar a rondar los 2.000 euros, falta mano de obra".
Este trabajador cuenta a EL ESPAÑOL de Sevilla que lleva alrededor de dos años trabajando en la obra.
En su caso, su función es la de encintar el pladur de parte de las reformas o las construcciones que hace la empresa en la que trabaja. Un oficio que requiere mucha paciencia y precisión y que, en ocasiones, pasa a un segundo plano.
En su caso, Francisco trabaja a jornada completa. Echa 40 horas semanales y señala que el sueldo puede variar dependiendo de determinados factores.
"Por jornada se puede ganar hasta unos 2.000 euros, pero si se cobra por metro trabajado la cifra tiende a ascender", asegura.
"Falta mano de obra"
Las profesionales tradicionales como camarero, albañil o zapatero -entre otras- llevan desde hace años en la sombra del mundo laboral. Muchos jóvenes prefieren ejercer en otro puesto cuyo esfuerzo físico sea inferior.
Por esta razón, Fran señala que, al igual que ocurre, por ejemplo, en el mundo de la hostelería, "falta bastante mano de obra". Ello a pesar de que los salarios, en ocasiones, son superiores a los de un trabajo de oficina.
El sector de la construcción se ha caracterizado en otras ocasiones por tener jornadas largas y el exceso de horas extras, no obstante, según cuenta el jerezano, "ahora parece que ha empezado a cambiar" y que esta problemática "está más controlada".
En este sentido apunta directamente a la forma de contabilizar las horas trabajadas. En concreto, este joven jerezano sostiene que pican "a la entrada y a la salida del trabajo, y eso ayuda a que todo quede más regulado".
El oficio del encintador de pladur pasa muchas veces completamente desapercibido.
Se valora menos
Otros puestos de trabajo relacionados con el sector de la construcción son mucho más reconocidos por aquellos que no tienen relación con este mundo. Al hilo de esto, Fran aclara que "se valora el trabajo pero no tanto como se debería".
Sobre el futuro, lo tiene claro: “En algún momento me gustaría cambiar de trabajo”, confiesa. Mientras tanto, sigue en una profesión esencial y que con frecuencia no recibe la atención que merece.
Aunque su trabajo se caracteriza por tener mucha carga física y despacha una jornada completa, el joven gaditano puede compaginar su profesión con otros pasatiempos como quedar con sus amigos o una de sus grandes pasiones: el fútbol.
