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El nuevo curso universitario arranca en Sevilla marcado por la dificultad de los jóvenes para acceder a una vivienda en solitario. El precio de los alquileres obliga a los estudiantes a compartir piso con precios de hasta 1.400 euros mensuales.

Los universitarios regresan a las aulas en medio de esta situación. Los alumnos de la Universidad de Sevilla comenzarán las clases el próximo 8 septiembre.

Por su parte, los estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide lo harán una semana más tarde, el día 15.

En la zona de Puerta Carmona se alquila un piso por 1.400€ al mes, un precio que debe dividirse entre cuatro personas en este caso, ya que la vivienda cuenta con cuatro habitaciones.

Muchos propietarios optan por alquilar sus pisos de manera exclusiva a estudiantes, conscientes de la fuerte demanda durante el curso escolar.

"Los precios están desorbitados"

Sin embargo, los jóvenes se enfrentan a un mercado que consideran "prohibitivo": "A día de hoy, es imposible pagarse un estudio una sola persona porque los precios están desorbitados", explica Sandra, una estudiante de magisterio en la Universidad de Sevilla.

Ella misma añade que "tienes que compartir sí o sí piso con otras personas si quieres vivir bien y no ahogado".

Otros jóvenes coinciden en que esta situación conlleva experiencias difíciles: "Te ves obligado a compartir piso con personas que muchas veces no son afines a ti, y eso te hace llevarte malas experiencias".

Las residencias de estudiantes como otra alternativa

Ante este escenario, las residencias de estudiantes se presentan como una alternativa. En la ciudad han crecido en los últimos años.

La más reciente está ubicada en la Cartuja, junto a la Facultad de Ingeniería. Su precio asciende a 600 euros mensuales e incluye apartamento amueblado con todos los gastos, media pensión, gimnasio, zona de coworking e internet.

Sin embargo, los estudiantes también reconocen que la residencia supone un gasto elevado que no todas las familias pueden asumir.

Ante esta situación, otros jóvenes, residentes en pueblos de alrededor de la capital, optan por ir y venir cada día en tren o en autobús. "Cada día pierdo dos horas para ir a dos clases", explica uno de los que optan por esta opción.

Con el inicio del curso ya próximo, los estudiantes comienzan a instalarse estos días en pisos compartidos o residencias.