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El Martes Santo es, además de uno de los días fuertes de la Semana Santa, con cofradías tan aclamadas como puede ser San Benito, también la jornada en la que muchos sevillanos arrojen la toalla cansados de procesiones.

Podría parecer que, durante la Semana Santa, Sevilla se paraliza para dar absoluto protagonismo a las hermandades y acabar así con todas las posibilidades de ocio extra que suele aportar la ciudad. En parte es cierto, pero, con un poco de imaginación, es fácil pasar desapercibido durante esta semana.

En pleno corazón del Aljarafe sevillano, a las afueras de Bollullos de la Mitación, se encuentra un espacio que conjuga naturaleza, aventura y aprendizaje como pocos en la provincia: el Centro de Naturaleza de La Juliana.

Este enclave privilegiado, situado en un pinar centenario y en una zona estratégica para el avistamiento de aves que se dirigen hacia el Parque Nacional de Doñana, se ha convertido en un destino imprescindible para quienes desean disfrutar del aire libre sin alejarse demasiado de Sevilla.

Más que un simple parque, La Juliana es una experiencia. A medio camino entre el entretenimiento y la educación ambiental, el centro ofrece un amplio abanico de actividades pensadas para todas las edades, desde familias que buscan pasar una jornada diferente hasta centros educativos que acuden con sus alumnos para disfrutar de talleres.

Bosque Suspendido

Uno de sus principales atractivos es el parque de aventura en los árboles, conocido como el Bosque Suspendido, un circuito de tirolinas, puentes colgantes y pasarelas diseñado para que pequeños y mayores puedan poner a prueba su equilibrio y su destreza en un entorno completamente seguro. Esta propuesta, que ya se ha consolidado como una de las más populares del recinto, convierte a La Juliana en un referente del turismo activo en la provincia.

Pero no todo es adrenalina. El Centro de Naturaleza de La Juliana también apuesta por la divulgación y la inmersión en diferentes contextos históricos y culturales.

Así, dentro del espacio se han habilitado varias zonas temáticas especialmente atractivas para los más pequeños: un área de prehistoria y dinosaurios, otra dedicada a la cultura indígena americana y una tercera ambientada en el mundo de los piratas.

Cada una de estas zonas cuenta con escenarios cuidados al detalle y actividades adaptadas para que los visitantes puedan aprender jugando.

A esto se suma un estanque didáctico, ideal para observar pequeños ecosistemas y descubrir cómo funciona la vida en los medios acuáticos, además de un aula de formación multimedia que permite complementar las visitas con contenidos interactivos y charlas formativas.

Talleres educativos

También se imparten talleres y actividades específicas para distintos ciclos educativos, convirtiendo el recinto en un recurso muy valorado por docentes de toda la provincia.

El Centro de Naturaleza de La Juliana alberga además una escuela de tiempo libre y animación sociocultural, lo que refuerza su vocación de ser un espacio donde el aprendizaje y la diversión van de la mano.

Ya sea a través de campamentos, jornadas temáticas o convivencias, los visitantes encuentran en este centro una oportunidad para conectar con el medio ambiente desde una perspectiva activa y participativa.

El espacio no descuida tampoco los aspectos más prácticos que garantizan una experiencia cómoda para quienes lo visitan. Cuenta con un bar-cafetería con terraza al aire libre donde se puede degustar comida casera en un entorno relajado, aseos públicos, áreas de picnic bien acondicionadas y un amplio aparcamiento que facilita el acceso tanto para vehículos particulares como para autobuses escolares o turísticos.

Ya sea para un plan de fin de semana en familia, una salida escolar o simplemente una escapada para respirar aire puro, La Juliana ofrece un entorno privilegiado donde el contacto con la naturaleza se convierte en el mejor aliado para el ocio y la educación ambiental. Una alternativa diferente para reconectar con lo esencial sin salir de la provincia.