Sevilla
Publicada

Los brotes de sarna que se han dado en varias residencias de mayores de Sevilla han hecho saltar todas las alarmas.

Los datos publicados por la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM), facilitados por la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, apuntan a que se han dado 15 brotes desde que comenzó el año hasta noviembre.

Ante esta situación, la federación ha pedido a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía "una investigación exhaustiva" para esclarecer cuáles son las causas del "incremento".

Cabe destacar que Salud considera brote la aparición de dos o más casos en lugares cerrados como residencias u hospitales, un número que se eleva a tres cuando se trata de un núcleo familiar. Los casos deben aparecer en un periodo de seis semanas.

La federación ha solicitado a este departamento que se fije en la forma de actuar de otros territorios autonómicos para gestionar los casos.

No obstante, la Junta ya cuenta con protocolos de actuación para estos casos. Una vez que el centro ha confirmado la infección -caracterizada por el picor en la piel y la aparición de pequeñas lesiones y rojeces- en un determinado número de casos, hay que registrarla en Red Alerta. 

Posteriormente, se informa a los responsables y se dan pautas para gestionar la situación. Luego, tanto el personal como los familiares o visitantes frecuentes son avisados.

Rápida actuación

La forma de proceder que propone la administración andaluza depende del caso. Por ejemplo, cuando se trata de centros sociosanitarios, como las residencias de mayores, y el número de personas a tratar es alto, la opción más recomendable es el trataiento oral.

La misma se caracterizada por ser de rápida actuación. Las cantidades dependen del peso de la persona, no obstante suelen ser cuatro comprimidos que hay que ingerir de una vez y en ayunas. Por otro lado, también está la alternativa de la crema con Permetrina al cinco por ciento.

El tratamiento hay que emplearlo tanto a quienes presentan síntomas como a sus familiares o personas que hayan estado en contacto con los afectados durante las seis semanas anteriores, como es el caso de los trabajadores, y sus efectos personales.

En estas situaciones, el protocolo marca "el aislamiento por contacto del caso durante 24 horas después de tratamiento y no compartir habitación hasta 14 días después de la aparición de las últimas lesiones".

De forma simultánea

Además, el protocolo señala que "es imprescindible" que este "se realice en el mismo momento a casos y contactos y a la vez que las medidas" que hay que llevar a cabo en el domicilio: limpieza de ropa de cama y toallas.

De esta forma, se evitan las infecciones que, según se recalca, "son muy frecuentes y confunden con el fracaso del tratamiento".

En paralelo, la Consejería apunta una serie de recomendaciones generales. Entre estas se encuentran lavar la ropa de cada persona utilizada en los últimos tres días a 60 grados.

También todos los tejidos con los que se haya tenido contacto y que pudieran tener el insecto, que es lo que provoca la infección.

En este momento, surge la duda de cuál es al forma de proceder cuando se trata de tejidos que no se pueden lavar a esta temperatura. En estos casos, la manera correcta de hacerlo es guardando dicho elemento en una bolsa de plástico durante siete días.

Las habitaciones en las que permanecen las personas que han contraído la infección deben de limpiarse y aspirarse de "forma rutinaria". Desde la Consejería de Salud apuntan que no "no es necesario ni justificado el uso de pesticidas".

En cuanto al tratamiento que se utiliza para combatir la sarna, el de primera elección es la crema de Permetrina al cinco por ciento.

Según el protocolo, el afectado tiene que ducharse antes del tratamiento y luego amplicárselo por toda la piel, "desde el cuello hacia abajo, cubriendo todo el cuerpo y prestando especial atención a zonas como pliegues, espacios interdigitales y el área bajo las uñas".

Posteriormente, debe estar con el producto puesto para que haga efecto. Una vez han pasado entre ocho y 14 horas, lo siguiente es volverse a duchar.

El procedimiento habitual consiste en iniciar el proceso por la tarde: lavado de ropa y textiles, ducha, aplicación del tratamiento y, a la mañana siguiente, cambio de sábanas, toallas y pijama, seguido de una segunda ducha para retirar el medicamento.

El tratamiento no se aplica en la cara ni en el cuero cabelludo, salvo en niños mayores de dos meses o si existen lesiones faciales, evitando siempre el contorno de ojos y boca.

Repetir el tratamiento

Para garantizar la simultaneidad del tratamiento en casos y contactos, se recomienda disponer de cantidad suficiente: unos 30 gramos suelen ser adecuados para un adulto.

El protocolo establece que los pacientes que presentan lesiones deben realizar dos aplicaciones: una inicial y otra entre 7 y 14 días después. En el caso de los contactos sin síntomas, basta con una única aplicación.

Las autoridades insisten en la importancia de seguir estas pautas para cortar la cadena de transmisión y evitar nuevos brotes.

La Consejería distingue otras formas de proceder también recomendables durante los brotes de sarna, sobre todo en aquellas situaciones que requieren alternativas terapéuticas o en población vulnerable.

En el caso de los menores de dos meses, se recomienda azufre tópico precipitado al cinco o diez por ciento. Este tiene que ser aplicado durante tres noches seguidas.

Hay que llevar a cabo un lavado 24 horas después de la aplicación y, al igual que en los adultos, existe la posibilidad de tener que volver a tratar una semana o dos más tarde en el caso de que los síntomas persistan.

Desde Salud subrayan que la elección del tratamiento debe realizarse siguiendo las indicaciones clínicas y epidemiológicos, y reiteran la importancia de aplicar los protocolos de forma simultánea entre casos y contactos para frenar la propagación del parásito.