Sevilla
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La ola de calor abrasa desde el pasado domingo 3 de agosto el país. Y Sevilla no es una excepción. Desde hace más de una semana, la capital hispalense vive jornadas de calor extremo, tanto de día como de noche.

Las altas temperaturas también presentes una vez que el sol se esconde hacen que las "urgencias médicas aumenten". Así lo señala Auxiliadora Caballero, coordinadora del Servicio de Urgencias del hospital Quirónsalud Infanta Luisa, a EL ESPAÑOL de Sevilla.

Además, la doctora añade que "cada vez acuden más personas jóvenes que deberían de soportar esta situación mejor".

Desde que comenzó el verano, tan solo ha habido cuatro noches que han esquivado el apellido 'tropical'. Todas ellas, según señala la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en el mes de julio.

"Esto es algo habitual en Sevilla. En concreto, la media de las temperaturas nocturnas en la capital durante el verano es de 20,4 grados", señala Juan de Dios del Pino, delegado de la AEMET en Andalucía.

Dificultad del organismo para estabilizarse

Los termómetros llevan semanas marcando cifras considerablemente altas. Unas temperaturas que se convierten en las responsables de que el "número de pacientes que visitan el servicio de urgencias incremente".

La razón de este aumento se debe a que, durante una situación de calor, "el cuerpo está expuesto a las altas temperaturas y se va estabilizando". Sin embargo, a medida que van pasando las horas y el cansancio asoma, los "organismos reguladores van fracasando". Es necesario parar y descansar.

Con la llegada de la noche, el cuerpo inicia su proceso natural de recuperación. Cuando el sol se oculta y la temperatura desciende, el organismo comienza a reponer energías. Sin embargo, si el termómetro se mantiene por encima de los 20 °C, este proceso se ve dificultado.

A las altas temperaturas se suma otro factor: mientras dormimos, nuestro organismo no recibe suficiente hidratación. La combinación de ambos elementos crea el escenario perfecto para el insomnio y para que ciertas patologías, como la gastroenteritis, la faringitis u otras afecciones, se agraven.

Por todo ello, Auxiliadora Caballero sostiene que "es más peligroso pasar calor por la noche que por el día". "Cuando estamos despiertos somos conscientes del calor y lo combatimos, pero por la noche no nos damos cuenta", declara.

La doctora Auxiliadora Caballero. Quirónsalud. Sevilla

Aumento del insomnio

Los mayores, los niños y las personas con alguna patología previa están incluidos en el grupo de pacientes vulnerables. Sin embargo, ahora hay un dato que despunta.

Y es que, en la actualidad, incluso "personas jóvenes", que en teoría "deberían tolerar mejor las altas temperaturas, acuden a urgencias por problemas relacionados con el calor nocturno".

Además, la coordinadora de Urgencias del hospital sevillano destaca un dato llamativo. "En verano el insomnio aumenta debido a la cantidad de horas de luz que hay durante el día".

El cuerpo humano fabrica la melatonina -la hormona que regula los ciclos de sueño- cuando hay oscuridad. Por ello, con el incremento de la horas de luz diarias, el organismo segrega menos de esta sustancia y conciliar el sueño se complica.

Caballero aclara cuándo es importante acudir a una consulta médica. En lo episodios de calor, se deben atender a dos síntomas claves para decidir si ir a un especialista o no.

Para empezar, se debe tener en cuenta "si hay un nivel de alteración de la conciencia". Pero, además, hay que atender a la temperatura corporal. Si esta "supera los 40 grados", es importante visitar el centro sanitario.

Procedimientos médicos

Ante un episodio de deshidratación o insolación, los especialistas "enfrían el organismo, hidratan el cuerpo con líquido intravenoso y corrigen todas las alteraciones que haya revelado la analítica".

Las noches tropicales tienen efectos negativos para la salud que afectan al día a día de quienes las sufren. Además de empeorar problemas cardiovasculares, enfermedades respiratorias y ocasionar la visita al médico, también provocan agotamiento, cansancio e incide en la capacidad de rendimiento.

Dormir con temperaturas superiores a los 20 grados afecta al estado de ánimo. La irritabilidad, la fatiga y la falta de concentración se convierten en los fieles compañeros del día siguiente.

Cuando el termómetro alcanza los 40 grados, toda precaución es poca. A las recomendaciones habituales -evitar la exposición al sol en las horas centrales, hidratarse adecuadamente y utilizar aire acondicionado o ventiladores para sobrellevar las jornadas más tórridas- se suman otros consejos médicos que muchas veces pasan desapercibidos.

En primer lugar, es "importante reducir la temperatura corporal antes de meterse en la cama. Para ello, lo más recomendable es darse una ducha de agua tibia o fría".

Recomendaciones médicas

Además, conviene prestar atención a los tejidos con los que vestimos nuestra cama, ya que algunos materiales favorecen el descanso. El algodón, por ejemplo, es transpirable y ayuda a regular la temperatura durante la noche, facilitando así un sueño más reparador.

Estos remedios se alzan como los más recomendados por los especialistas, quedando los medicamentos destinados a ayudar a conciliar el sueño relegados a un segundo plano.

Durante agosto, Sevilla ha hecho frente a noches de tropicales de hasta 25,1 grados, alzándose esta como la máxima marca de lo que va de mes. Sin embargo, la noche más calurosa fue el 1 de julio, con cifras de hasta 25,7 grados.

En el lado opuesto están las jornadas más frescas. Concretamente con 17,3 y 21,1 grados en los meses de julio y agosto respectivamente según los datos de la AEMET.

Juan de Dios del Pino afirma que "Sevilla seguirá registrando este tipo de marcas", por lo que todo parece indicar que los sevillanos tendrán que seguir echando mano del aire acondicionado y remedios para poder conciliar hasta que las temperaturas den un respiro.