El próximo mes de octubre comienzan las obras en la Plaza Nueva de Sevilla. Una remodelación con la que se pretende consagrar este espacio como punto de "encuentro y estancia" de la ciudad.
Los trabajos contarán con una inversión de más de casi 4,5 millones de euros y se llevarán a cabo en cuatro zonas de actuación -mientras que se opera en una parte, las otras tres quedan libres-. Con esto último, el Consistorio hispalense quiere evitar las molestias.
No obstante, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ya ha confirmado que las obras afectarán a la Semana Santa 2026, aunque se intentará que, llegado el momento, los trabajos estén en una fase que cause las menores molestias posibles al desarrollo de la fiesta.
"Vuelvo a pedir disculpas a los ciudadanos, pero en esta ciudad faltaban por hacer muchas obras. El dinero del presupuesto donde mejor está es en la calle", ha destacado el popular.
En palabras del primer edil, estos trabajos son los que más van a transformar a la Plaza Nueva desde 2006, año en el que se instaló el Metrocentro, que parte desde este punto de la ciudad.
Una inversión de 83 millones
La llegada del tranvía a la hispalense contó con una inversión de 83 millones de euros. El 19 de abril de 2006 se aprobó en el Pleno Municipal la puesta en marcha de este proyecto, cuya primera fase abarcaría la construcción de la línea del tramo 1 (T1) desde la Plaza Nueva hasta el Prado de San Sebastián.
En total, el T1 del Metrocentro recorría 1,4 kilómetros con las mismas paradas que siguen operativas en la actualidad: Archivo de Indias, Puerta Jerez y Prado de San Sebastián.
Al igual que las obras que arrancarán este mes de octubre y que tendrá en vilo a los más cofrades, la construcción del tramo 1 de este transporte público contó con un plazo de 18 meses.
No obstante, la inauguración se acabó atrasando unos meses debido a una serie de mejoras técnicas que requería la vía. En el momento de su puesta en marcha, el Ayuntamiento tenía cinco vehículos Urbos 2 alquilados a la empresa CAF. Finalmente, acabó comprándolos por 12 millones de euros.
En 2010, estos fueron sustituidos por vehículos Urbos 3, un modelo mucho más ligero y eficiente diseñado para circular sin catenaria. La idea era evitar afear el entorno del centro de la ciudad.
El 28 de octubre de 2007 fue el día en el que el tranvía echó a andar por el centro de la urbe. En 18 años, el Metrocentro ha ganado unas cuantas paradas más. Las de Nervión han sido las últimas en incorporarse a la lista.
El pasado mes de junio de 2024, el tranvía llegó por primera vez a dicho barrio sevillano gracias a las paradas de San Francisco Javier, Eduardo Dato y Luis de Morales. Esta última ampliación contó con una inversión de 24 millones de euros.
Conexión con Santa Justa
Ahora, el consistorio quiere llevar el Metrocentro hasta la estación de trenes de Santa Justa. Se trata de 600 metros para los que se necesitarían 50 millones de euros, un presupuesto que el ayuntamiento busca en fondos europeos.
La llegada del tranvía es la obra que más ha transformado el entorno de Plaza Nueva, la segunda será la que arrancará el próximo mes de octubre y que se prevé que dure hasta el 2027.
Uno de los objetivos clave del gobierno de Sanz con la puesta en marcha de este proyecto es devolver a la plaza las dimensiones que tenía antes de la construcción del tranvía. Además, Sanz quiere convertir a este punto de la ciudad en un lugar de "encuentro y estancia".
El nuevo proyecto abarca siete aspectos concretos. El primero es el espacio central. Después de las obras, el tamaño del mismo habrá aumentado entre siete y 10 metros en los frentes y unos seis en los laterales.
Por otra parte, se va a ampliar y repavimentar el característico mármol blanco. En los últimos meses tuvo lugar una primera fase de obras en el pavimento de la Plaza Nueva: se arreglaron los suelos de chino lavado, se renovaron las franjas de mármol que los delimitan, se niveló el suelo para evitar charcos y se reforzó la zona del monumento a San Fernando.
Foco puesto en la estética
Ahora viene una actuación más amplia. El pavimento central de mármol blanco, que siempre ha sido problemático porque resulta muy resbaladizo, se sustituirá por nuevo mármol de Macael, de un acabado más seguro y antideslizante.
Asimismo, se reorganizarán las zonas de granito de alrededor, diferenciando entre aceras y carriles, con materiales que mantengan la estética histórica pero mejoren la seguridad y la durabilidad.
En cuanto al arbolado, se trasladarán cuatro palmeras, plantarán once nuevos árboles y cuatro naranjos para mantener la simetría de la plaza.
El ayuntamiento quiere mantener la estética de la emblemática zona. Para ello, pretende sustituir los bancos de granito gris y respaldo y asiento de madera por otros de fundición en gris forja además de otros que "se integren en el entorno" y dos pérgolas que "recordarían a los quioscos de música que antaño tuvo la plaza".
15 siglos de historia
Estas dos últimas estructuras se ubicarían en los extremos sur y norte de la plaza y servirían como lugar de estancia. Todos los elementos tendrán el mismo estilo para "recuperar la imagen historicista que tuvo en su día la Plaza Nueva".
La zona de carga y descarga se desplazará hacia la calle Madrid, detrás del Hotel Inglaterra.
El espacio que ahora ocupan esos vehículos frente al hotel se destinará al estacionamiento de motos, lo que despejará visualmente la zona. Los taxis mantendrán su parada en el mismo lugar y con la misma disposición en batería.
Además de estas dos grandes obras, la zona ha pasado por numerosas remodelaciones. La mayoría de ellas de saneamiento y repavimentación. En sus 15 siglos de historia, la Plaza Nueva ha tenido la función de cementerio, convento y, sobre todo, lugar de encuentro.
