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Apenas unos kilómetros separan dos realidades completamente distintas en materia de seguridad en la provincia de Sevilla.

San Juan de Aznalfarache se ha situado en el primer semestre de 2025 como el municipio con mayor tasa de criminalidad de toda la provincia, con un índice del 43,96 por ciento, mientras que su vecino Tomares ocupa el extremo contrario de la tabla, con tan solo un 11,60 por ciento.

Una paradoja llamativa que subraya cómo la cercanía geográfica, que apenas llega a los 3 kilómetros de distancia, no siempre implica semejanza en los indicadores sociales y de seguridad.

El contraste no solo resulta evidente por los datos de criminalidad, sino también porque Tomares es el municipio con mayor renta per cápita de Sevilla, con 38.381 euros.

Así, San Juan de Aznalfarache repite como el municipio con peores datos en el balance publicado por el Ministerio del Interior, aunque con una ligera mejora respecto al año anterior.

En comparación con el mismo periodo de 2024, su tasa de criminalidad ha caído un 1,6 por ciento, una reducción que no logra sacarlo del primer puesto en este ranking provincial.

Los hurtos son la tipología delictiva más extendida en el municipio, con 298 denuncias entre enero y junio de este año. A ellos se suman 449 infracciones catalogadas dentro de "otros tipos de criminalidad convencional".

La cibercriminalidad también se hace notar en este municipio con 159 estafas informáticas registradas y otros 18 ciberdelitos.

Pese a esta radiografía, San Juan no registra delitos graves como homicidios, lo que pone de relieve que la mayoría de los casos responden a delitos contra la propiedad o al auge de la criminalidad digital.

Sevilla capital, segunda en la lista

En segundo lugar lo ocupa Sevilla capital, con una tasa del 36,75 por ciento. A diferencia de San Juan de Aznalfarache, la capital sí refleja la presencia de delitos más graves.

Durante el primer semestre de 2025 se produjeron cuatro asesinatos y 22 intentos de homicidio, además de una elevada cifra de robos violentos.

Los hurtos vuelven a ser la infracción más habitual, con 7.553 denuncias, pero destacan también los 903 robos con violencia e intimidación, los 816 robos con fuerza en domicilios y establecimientos y las 680 sustracciones de vehículos.

Sin embargo, no todo son malas noticias: la tasa global de criminalidad en Sevilla capital ha descendido en 9,3 puntos con respecto al mismo periodo de 2024, lo que refleja un esfuerzo en la contención de los delitos más habituales.

El tercer municipio con peores datos es Carmona, con una tasa del 29,82 por ciento, bastante por debajo de Sevilla y San Juan, pero aún dentro de las localidades con mayor conflictividad en la provincia.

Tomares, el municipio más seguro

En el otro extremo se sitúa Tomares, que se convierte en el municipio más seguro de Sevilla con un índice del 11,60 por ciento.

La mayoría de los delitos registrados corresponden a hurtos y a infracciones ligadas a la cibercriminalidad, en línea con las tendencias generales en el área metropolitana, aunque en cifras muy reducidas en comparación con otras localidades.

La seguridad en Tomares parece ir de la mano de sus indicadores socioeconómicos. No en vano, es el municipio con mayor renta per cápita de toda la provincia.

Este dato abre el debate sobre la correlación entre prosperidad económica, cohesión social y niveles de criminalidad, una relación que también se observa en Bormujos (que ocupa el cuarto puesto en riqueza per cápita en la provincia con 35.514 euros), con una tasa de criminalidad de 16,49.

Mairena del Alcor completa el podio de los municipios más seguros con una tasa de 15,89.

Crecimiento de la ciberdelincuencia

Más allá de la comparación entre municipios, los informes del Ministerio del Interior ponen el foco en un fenómeno que no deja de crecer: la ciberdelincuencia. Actualmente, uno de cada cinco delitos registrados está vinculado a una estafa informática.

Los ciberdelitos han experimentado un incremento notable en la capital: en el primer semestre de 2025 se denunciaron 5.486 delitos, lo que representa más del 21 por ciento del total y un aumento del 17,1 por ciento en comparación con los 4.686 casos del mismo periodo de 2024.

La gran mayoría correspondió a estafas online, con 4.779 denuncias, frente a las 4.218 registradas el año pasado, lo que supone un crecimiento superior al 13 por ciento.

En el conjunto de la provincia, el peso de la criminalidad digital es aún mayor, ya que supone casi el 23 por ciento del total.

De las 50.955 denuncias tramitadas en los seis primeros meses de este año, 11.723 estuvieron relacionadas con las nuevas tecnologías.

Mientras que los delitos convencionales descendieron un 6,6 por ciento, los tecnológicos aumentaron un 24 por ciento, lo que deja el balance general prácticamente estable, con una reducción de apenas el 1 por ciento.