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La Dirección General de Tráfico (DGT) ha confirmado la instalación de nuevos radares en la provincia de Sevilla, que comenzarán a multar a partir de este mes de septiembre.

Durante agosto, los dispositivos han funcionado en periodo de pruebas y han enviado cartas informativas a los conductores que superaban la velocidad permitida, sin imposición de multa.

El primero de estos radares se encuentra en la carretera A-4, en un tramo situado entre los kilómetros 532+675 y 531+000, en sentido decreciente hacia Córdoba.

Se trata de un radar de tramo que mide la velocidad media de los vehículos en esa zona de la autovía. El segundo dispositivo se ubica en otra vía de la provincia y forma parte del plan de ampliación de controles diseñado por la DGT para este año.

El organismo anunció el pasado 4 de agosto la puesta en funcionamiento de 32 nuevos aparatos en toda España, de los que siete son radares fijos y 25 de tramo.

Su ubicación es pública

Su ubicación se ha publicado en la página web oficial y los datos se han facilitado a los operadores de navegación para su incorporación en los sistemas GPS.

Fuentes de la DGT han recordado que esta medida se enmarca en las campañas específicas de control de velocidad que la institución lleva a cabo de manera periódica.

"La velocidad no solo afecta al riesgo de verse involucrado en un siniestro, sino que a mayor velocidad más difícil es reaccionar a tiempo para prevenirlo y más graves son las lesiones que se producen como consecuencia de este", han explicado.

El exceso de velocidad es uno de los principales factores de riesgo en la siniestralidad vial. Según el Informe Temático de Seguridad Vial sobre Velocidad del Observatorio Europeo, entre el 10 por ciento y el 15 por ciento de los accidentes son por exceder los límites en las carreteras.

Además, añaden que hasta un 30 por ciento de los siniestros están relacionados con una velocidad inadecuada.

La Guardia Civil denunció a 1.815 conductores

Los datos recientes de la campaña de vigilancia confirman esta tendencia. Entre el 4 y el 10 de agosto, la Guardia Civil controló 33.722 vehículos en 57 puntos de control y denunció a 1.815 conductores por exceso de velocidad en toda España.

La mayoría de estas denuncias, un 70 por ciento se impusieron en carreteras convencionales, que concentran los mayores índices de peligrosidad.

La DGT prevé continuar con la instalación de nuevos puntos de control hasta 2025. En ese periodo se alcanzarán los 122 nuevos radares, con el objetivo de reducir el número de siniestros mortales y heridos graves en carretera.

Además, se reforzará la cooperación con las policías locales de los municipios, que ya han colaborado en la campaña de agosto para unificar el mensaje de respeto a los límites de velocidad establecidos.