La edad, a veces, es solo un número. O sino que se lo digan a Manuel, un vecino natural del municipio de Dos Hermanas, en Sevilla. Este señor de 88 años hace algo que mucha gente con bastantes años menos y rebosantes de salud y juventud no es capaz de lograr.
El octogenario se ha convertido en un astro de la calistenia, concretamente de la barra fija. Así lo demuestra en uno de los programas más vistos y conocidos de la televisión andaluz, la Tarde aquí y ahora.
En una emisión en directo de dicha producción, Manuel ha sorprendido a todos los televidentes con su increíble capacidad para las dominadas, algo que les ha chocado a muchos de los espectadores. "Y a mí con 34 años me duelen las rodillas", comentaba uno de los usuarios en la publicación del vídeo.
Ni suda ni se queja. Viniendo de este veterano deportista, el que es uno de los ejercicios más complicados parece ser todo lo contrario.
Sin ningún tipo de dificultad, Manuel es capaz de engancharse en la barra fija, hacer fuerza con sus brazos hasta que queda por encima de la estructura e incluso girar sobre ella en reiteradas ocasiones. Y, todas ellas, sin mostrar ni el más mínimo esfuerzo.
Sin apenas esfuerzo
Además, por si todo esto fuera poco, el sevillano hace esta serie de ejercicios completa sin que se le caiga el sombrero, algo que no ha pasado desapercibido para los usuarios de las redes sociales: "No se le quita ni el sombrero", ha comentado uno de los perfiles que ha visto el vídeo a través de la red TikTok.
Otros usuarios tiran de la gracia e ironía y declaran que "estos vídeos no se tienen que enseñar porque pueden hacer que la edad de jubilación se retrase más aún", haciendo referencia a la vitalidad que rebosa Manuel en las imágenes.
Desde que hace unos meses se hiciera viral un vídeo en el que Chary Sánchez, de la cuenta comeybaile, mostrara las habilidades del vecino de Dos Hermanas, han sido muchos los medios de comunicación que se han fijado en su talento.
Es el caso de Antena 3 y el mítico programa de la televisión andaluza , capitaneado por la gaditana Toñi Moreno.
Todo el que ve la habilidad del octogenario para columpiarse en la barra se queda boquiabierto. Y no es para menos. Manuel se ha convertido en un símbolo de vitalidad y fortaleza. En la prueba irrefutable de que la edad, en ocasiones, es solo un número.
