Sevilla
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El mes de junio ha sido el más caluroso de la historia desde que hay registros. Este batió récords y los termómetros llegaron a marcar los 44 grados.

Y es que, según Juan de Dios del Pino, delegado de Andalucía de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), "Sevilla ya puede llegar a los 42 grados sin que la llegada de una masa de aire africano".

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se estima que, desde que comenzase 2025, el total de muertes atribuibles al exceso de temperatura en Andalucía son 111 fallecimientos.

Pese a que Sevilla registra temperaturas de más de 40 grados, según los datos de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, en lo que va de año, en la provincia no ha habido fallecimientos atribuibles al calor. Sin embargo, sí se han dado en otras provincias.

Desde el 4 hasta el 12 de julio, tres personas han fallecido a causa de un golpe de calor en la comunidad. Las víctimas eran de Almería, Córdoba y Huelva y tenían 86, 77 y 33 años respectivamente.

Aumento de las consultas

En paralelo, la doctora Aurora Pérez, Vocal de AP Colegio Médicos de Huelva, destaca las consecuencias que las altas temperaturas tienen no solo a corto plazo, sino también a largo.

Concretamente, las enfermedades más comunes están relacionadas con la pérdida de minerales. Asimismo, destaca que "han aumentado las consultas por el exceso de sudoración" y los problemas que esto acarrea como dermatitis o urticaria.

Del mismo modo, la doctora señala que "hay que tener especial cuidado a la hora de tomar tratamientos que tienen la diarrea como efecto secundario". Además, subraya cómo se preparan los centros sanitarios cuando se prevén episodios de calor extremo.

"Desde los centros de salud actuamos de forma proactiva con los pacientes de alto riesgo", apunta. En estos grupos se encuentran las personas en tratamiento oncológico, con enfermedades respiratorias y renales y ancianos entre otros.

En cuanto a las altas temperaturas, el delegado de la AEMET en Andalucía subraya que "en lo que va de año ha habido cuatro episodios de altas temperaturas".

Los requisitos

Concretamente, los termómetros subieron considerablemente a finales de mayo, principios y mediados de junio y mediados de julio.

Sin embargo, únicamente el episodio de calor extremo que se vivió en la mitad de junio se puede considerar una ola de calor.

La razón, según señala el meteorólogo, es que "hay tres requisitos indispensables para que se dé una ola de calor". Uno de ellos sostiene que "se supere el umbral de alerta naranja". Este equivale a temperaturas de más de 40 grados.

Otra de las condiciones que sí o sí se tienen que dar para poder hablar de la llegada de una ola de calor es que las altas temperaturas se prolonguen en el tiempo. Concretamente, del Pino señala que "los termómetros deben rebasar los 40 grados durante, al menos, tres días en una frecuencia de cuatro".

Esto quiere decir que, aunque una de las jornadas sea menos sofocante, si tres de los cuatro días las temperaturas alcanzan la mencionada cifra, se estaría cumpliendo el requisito.

No obstante, hay algunas zonas de España en la que no hace falta llegar hasta los 41 grados. En determinadas zonas como la costa de Cádiz, Málaga y Almería, se debe alcanzar los 39 grados.

Un fenómeno en toda España

La última condición y que, según destaca el meteorólogo, es la que hace que no se den tantas olas de calor, es que las "temperaturas deben afectar al menos al diez por ciento de la población exceptuando las Islas Canarias que tienen un clima distinto al del resto de España".

La cuestión es que "no hay olas de calor en Sevilla o en Cádiz, sino que es un fenómeno que atraviesa a toda España".

Asimismo, el responsable de la AEMET en Andalucía, subraya que "las olas de calor se puede prever con, como máximo, siete días de antelación y que los avisos de la Agencia Estatal llegan tres días antes".

Igualmente, el experto destaca las diferencias que hay entre las ciudades y las zonas rurales de las provincias. En este sentido, los núcleos urbanos, debido al asfalto, "las ciudades se calientan y enfrían más lentamente".

En paralelo, Juan de Dios del Pino recalca que "Sevilla ya alcanza los 42 grados sin la entrada de aire africano", algo que hace años no pasaba. Según el meteorólogo, "las temperaturas que afronta Sevilla se deben al cambio climático".