Siento mucho que José Luis Ábalos y Koldo García hayan pasado su primera noche en la prisión de Soto del Real. Desde luego, no debe ser nada cómodo y más ese primer día en el que los han despojado de sus hábitos, su gente y sus lugares, pero de vez en cuando viene bien vivir situaciones como esta porque así los ciudadanos constatan que no solamente entran en la cárcel personas anónimas, sino que algunos pueden pasar de disfrutar una vida onerosa llena de lujos a residir en presidio.
El señor José Luis Ábalos y don Koldo García han entrado en la cárcel y otros salen, como por ejemplo Santos Cerdán, aunque no le quedará a éste mucho para regresar otra vez vistos los delitos y las penas tan graves a los que se enfrenta, pero hay otros que van a tener menos pena como el señor Aldama por colaborar con la justicia.
Sin embargo, hay otro condenado, el señor García Ortiz, al que se le ha impuesto la pena mínima por el delito de revelación de documentos reservados, en contraste con la gente llana que se enfrenta a una acusación por el mismo delito y es condenada normalmente a penas de prisión.
Dicen que Soto del Real es una prisión muy cómoda, pero yo creo que no hay agrado cuando alguien está privado libertad, sino todo lo contrario y aunque se diga que hay piscina y squash, sigue siendo una cárcel.
De manera que esto será un antes y un después, porque quizás ellos no sean los únicos protagonistas de esta realidad penitenciaria, sino que tras aquellos vendrán otros miembros y allegados del PSOE y del gobierno o de la familia del presidente del gobierno, frente a los “bulos” que ellos decían que difundía la derecha mediática, la extrema derecha y los jueces fachas y conservadores.
Tras la condena al fiscal general del Estado y la entrada en prisión provisional de Ábalos y Koldo, sabemos que hay otros procesos penales en curso como el del hermano del presidente del gobierno con juicio en febrero, y muy pronto señalarán también el juicio de Begoña Gómez y otros implicados como los del Caso Tito Berni en Canarias.
Lo que sí es cierto es que Ábalos y Koldo han dejado un testamento “ológrafo” antes de su entrada en prisión a OK Diario y otros medios que han comenzado a revelar implicaciones muy graves, como el caso de Air Europa y Begoña Gómez. Algunas complicidades son políticas pero muchas otras tienen implicación penal o moral, como por ejemplo que presuntamente se financiera la campaña de Sánchez para volver a liderar el PSOE con dinero de su suegro y el “pitufeo” que cuenta Koldo.
Esto es un antes y un después no solo en la política española sino también en la jurisdicción penal y la historia judicial española reciente, ya que Ábalos es el primer diputado en ejercicio que entra en prisión. Pero también estamos viendo otras primeras veces como la condena de un fiscal general en España e incluso en los países de nuestro entorno.
En el caso del señor García Ortiz nos preguntamos por qué no dimitió desde el primer día en que fue investigado y ha seguido en el cargo aferrado a pesar de procesarlo el Tribunal Supremo. Sabemos que desde Moncloa y el PSOE se intentará cualquier cosa para no dar su brazo a torcer e intentar mantenerse en el poder aún sin los apoyos de otros partidos, con lo cual veremos escenas parecidas a las de la Segunda República también protagonizadas por la izquierda como cuando Azaña afirmaba que no existía un poder judicial y que los jueces eran unos funcionarios más de la administración de justicia que tenían que aplicar la justicia de acuerdo con los ideales republicanos, unos ideales de la izquierda liderada por Largo Caballero, el Lenin español que quería establecer un régimen comunista en España.
No estamos en aquellos tiempos, pero observamos algunas acciones y reacciones de miembros del gobierno y del Partido Socialista muy similares a los de aquella época aciaga para España.
