La tradición de los belenes en Sevilla ha vuelto a tomar el corazón de la ciudad. La XXXII edición de la Feria del Belén, organizada por la Asociación de Comerciantes del Belén (ACOBE) en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla, despliega su actividad desde el pasado 8 de noviembre y mantendrá su mercado hasta el 23 de diciembre.
La muestra reúne este año a 15 puestos especializados en la calle Fray Ceferino González, entre la Catedral y el Archivo de Indias, y en la avenida de la Constitución, consolidándose en un lugar estratégico para el comercio artesanal debido a la afluencia de turistas y sevillanos que pasean por la zona.
El Consejo de Ministros del Gobierno de España declaró el belenismo como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de España en 2022.
Esta distinción protege la práctica a nivel nacional y constituye el requisito indispensable para presentar la candidatura internacional ante la UNESCO, un reconocimiento que los comerciantes de la feria valoran como un "empuje" para su oficio.
"El belenismo trasciende lo estrictamente religioso para encuadrarse en una dimensión cultural, convirtiéndose así en un hecho sociológico. Es muestra de una identidad colectiva, presente prácticamente en toda España", destacan desde el Consejo de Ministros.
15 firmas artesanas
La presente edición reúne a diferentes firmas del sector. Los visitantes pueden visitar y comprar piezas en los puestos de Antigua Cerería del Salvador, Artesanía San Julián, María José Romero, Gregorio García Colón, Óscar Lazarte, Alfares, Belenes San Juan Bosco, Pichardo Belenes, Artesanía Hispalis, Olga Bobadilla, La Casa del Belenista, Jorge Antequera, Gloria Botonero y Marieta Artesanía.
El horario del evento varía según el día de la semana. De lunes a viernes está abierto de 10:30 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas, ampliándose los sábados, domingos y festivos con una apertura de 11:00 a 14:30 y de 16:00 a 21:00 horas.
Innovación
La oferta comercial destaca por su variedad y su adaptación a los nuevos tiempos. Desde el puesto de Gloria Botonero señalan que disponen de en torno a "3.000 piezas diferentes".
Su catálogo abarca desde figuras a 20 céntimos hasta recreaciones exclusivas, como la entrada del Alcázar de Sevilla hasta una ermita del Rocío valorada en 800 euros.
Este taller, que fabrica sus piezas desde febrero, ha introducido elementos peculiares para atraer al público, como "birras de Cruzcampo y hombres y mujeres vestidos de flamenco", artículos que captan especialmente la atención del cliente.
"Nos hemos modernizado para atraer un poco al público", reconocen desde la firma, que también opera mediante tienda online y reserva el mes de enero para el descanso tras "la intensa campaña".
Por su parte, Mariluz, del puesto de Gregorio García, explica que "todo está hecho a mano y necesita su tiempo". Esta mujer acumula 27 años participando en la feria.
Su expositor ofrece "mucho más de 200 piezas", con artículos que alcanzan los 500 euros. "Antes el tipo de casa que vendíamos eran oscuras y ahora son blancas", destaca la vendedora sobre la evolución en su negocio.
El impacto del turismo
En sus inicios, la feria estaba ubicada en la plaza de San Francisco. Santiago Fernández, del puesto de Belenes San Juan Bosco y participante desde la fundación opina que desde el traslado a la avenida de la Constitución, se ha "modificado el perfil del comprador".
"El público era diferente, era donde consumía el sevillano. La avenida de la Constitución se ha convertido en una ubicación para que los turistas se encuentren", cuenta sobre el cambio de lugar.
Fernández, quien elabora todo lo que vende en su taller doméstico, desde la creación de la idea hasta el desarrollo de la primera pieza de prueba, confirma el regreso de elementos clásicos como las norias, "que habían desaparecido" del mercado en años anteriores.
Marina, sobrina de la dueña del puesto Olga Bobadilla, confirma la afluencia internacional tras 26 años de trayectoria en la feria.
"Se paran muchos turistas de Italia, Polonia o Estados Unidos, países donde también existe tradición", explica. Según su experiencia, estos visitantes optan por "detallitos pequeños" como aceitunas, frutas o quesos, mientras que las casas, que rondan los 100 euros, son adquiridas por sevillanos que mantienen la tradición de montar el Belén por delante del árbol de Navidad.
Marina señala que el puente de la Inmaculada-Constitución se enmarca como los días más fuertes de venta, donde coinciden compradores de la ciudad, la provincia y el resto de España.
Todos los artesanos coinciden en que con la celebración de esta feria se mantiene viva la tradición local y garantiza la supervivencia de un oficio que trabaja durante todo el año para llegar a diciembre con todas las figuras preparadas.
