La cuenta atrás para despedir el año está a punto de comenzar y Sevilla lo afronta con un giro completamente inesperado respecto a la dinámica de sequía que ha marcado los últimos ejercicios, y es que 2025 cerrará como el año más lluvioso en la provincia desde 2014.
Este notable incremento de las lluvias se ha traducido directamente en el estado de los embalses que abastecen tanto a la capital como a su área metropolitana, que actualmente alcanzan el 83,3 por ciento de su capacidad y brindan una garantía de agua hasta el año 2030.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya había anticipado un mes de diciembre marcado por la inestabilidad y la presencia continua de precipitaciones, y el pronóstico se está cumpliendo.
Las lluvias de este último tramo del año han permitido que el acumulado anual ascienda hasta 594,6 litros por metro cuadrado, una cifra que no se registraba desde que 2014 cerró con 639,8 litros por metro cuadrado.
Aunque aún no se alcanza aquella marca, la ciudad vuelve a situarse en un escenario similar al de hace once años, cuando el régimen de lluvias era sustancialmente mayor que en los inviernos recientes.
Emasesa
El alivio hídrico se refleja en los datos manejados por Emasesa, que confirma a EL ESPAÑOL de Sevilla que los embalses alcanzan el 83,3 por ciento, lo que supone 560,17 hectómetros cúbicos almacenados.
La capacidad total de estos embalses es de 641 hectómetros cúbicos, por lo que, en palabras de fuentes internas, "es un dato realmente positivo" para cerrar el año. Tanto es así que la empresa metropolitana estima que el abastecimiento de agua para Sevilla estaría garantizado, incluso en ausencia de lluvias adicionales, hasta 2030.
Las últimas precipitaciones de diciembre, matizan desde la compañía, "no han sido muy importantes", y por ello las previsiones de suministro se mantienen prácticamente iguales a las anunciadas en noviembre.
Año de contrastes
El año hidrológico ha sido, en cualquier caso, un periodo de fuertes contrastes. 2025 ha dejado meses excepcionalmente lluviosos junto a etapas de sequía intensa. Marzo y octubre se situaron como los dos meses más húmedos del año, mientras que septiembre destacó en el extremo opuesto.
Con solo 2 milímetros recogidos, se trató del segundo septiembre más seco de la historia, muy por debajo de los 18,2 milímetros que corresponden a la media mensual. En otras palabras, llovió nueve veces menos de lo habitual.
En cambio, octubre dejó un registro completamente opuesto. El día 29 de octubre se convirtió en el día de octubre más lluvioso de la historia en Sevilla, con 115 litros por metro cuadrado, que superaron ampliamente el anterior récord: los 86,2 litros del 31 de octubre de 1968.
Aunque Sevilla lleva décadas acumulando jornadas aisladas de lluvias torrenciales, esta marca entró directamente en el libro de récords de la Aemet.
Pero el punto de inflexión del año llegó varios meses antes. Las sucesivas borrascas que afectaron a Andalucía en marzo provocaron un giro decisivo en la situación hídrica. Fue entonces, al finalizar el mes, cuando los embalses de la provincia alcanzaron el 90 por ciento de su capacidad, un porcentaje que no se veía desde hacía años.
Por su parte, los cinco embalses que abastecen a la capital y a su entorno metropolitano llegaron incluso al 99 por ciento, según confirmó la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Provincia
En el conjunto de la provincia, en la actualidad los pantanos se sitúan actualmente en el 76,5 por ciento, con 704 hectómetros cúbicos almacenados sobre un total posible de 920.
Son cifras que acompañan el cambio de tendencia meteorológica que ha marcado el año y que contrastan con los mínimos históricos alcanzados hace apenas dos temporadas.
A principios de marzo, cuando los registros eran muy similares a los actuales, el profesor Francisco Moral Marcos, experto en hidrología y docente titular en la Universidad Pablo de Olavide, ya adelantó a este periódico que el nivel alcanzado por los embalses permitiría "dos o tres años" de abastecimiento urbano garantizado, situando el horizonte de seguridad hídrica al menos hasta 2027.
Las últimas cifras publicadas, que incluso mejoran ligeramente las de aquel momento, reafirman ese pronóstico.
Con este escenario y con un último mes del año todavía pendiente de cerrar a nivel de lluvias, Sevilla se prepara para despedir su año más lluvioso desde 2014 y recuperar una tranquilidad hídrica que parecía lejana tras varios ejercicios encadenados de sequía.
