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La Real Fábrica de Artillería se ha transformado en la noche de este jueves en un escenario onírico para acoger la inauguración del I Festival de Ópera de Sevilla, una cita llamada a marcar un antes y un después en la programación musical de la ciudad.

Con todas entradas agotadas y la presencia en primera fila del alcalde José Luis Sanz, el público ha asistido al estreno de 'Les Enfants Terribles', la ópera de cámara de Philip Glass inspirada en la novela de Jean Cocteau, que ha sido capaz de desplegar un espectáculo tan hipnótico como exigente.

El arranque del festival no ha podido ser más contundente. El espacio histórico de la Fábrica, convertido en un laboratorio de innovación escénica, ha recibido a los espectadores con un montaje en el que juegos de luces y sonidos han simulado una nevada.

Sobre el escenario, cinco niños han aparecido lanzándose bolas de nieve hasta que una ha impactado en el pecho de uno de ellos, detonando la narración.

Desde ese momento, las gradas —colocadas a ambos lados del espacio central— han enmudecido ante el despliegue cromático que ha teñido de negro y azul la escena, con destellos blancos que han acompañado el dramatismo de la partitura.

La dirección de escena de Susana Gómez y la dirección musical de Juan García Rodríguez han ofrecido un montaje de gran precisión.

Mientras los músicos y el director han ocupado posiciones diferenciadas en el escenario, la intensidad musical ha ido marcando el pulso de una interpretación donde la imagen y el sonido se han entrelazado de manera orgánica.

La ópera, cantada en francés, se ha apoyado en unas pantallas negras con letras blancas que han ofrecido la traducción de cada pasaje, obligando al público a girar el rostro constantemente entre el drama de los intérpretes y la literalidad del texto.

Reparto

El reparto ha reunido a voces de primer nivel. La soprano Clara Barbier, la mezzosoprano Lydia Vinyes-Curtis, el tenor Samy Camps y el barítono Dietrich Henschel han dado vida a los complejos personajes de Cocteau, arropados por la fuerza expresiva de las bailarinas Florencia e Isidora Oz.

Junto a ellos, los pianistas Óscar Martín, Patricia Arauzo y Julio Moguer han construido un tejido sonoro que reforzaba el carácter minimalista y envolvente de la partitura de Glass.

La reacción del público ha sido unánime. El silencio sepulcral durante las escenas más íntimas se rompían con aplausos intensos en los momentos de mayor carga dramática, confirmando que la apuesta del Ayuntamiento ha encontrado un eco inmediato en la ciudad.

El alcalde José Luis Sanz ha subrayado la relevancia del festival como motor cultural: "Con este festival, Sevilla abre sus puertas a la ópera del siglo XXI y sitúa a la ciudad en el mapa de la innovación artística europea. La Real Fábrica de Artillería vuelve a demostrar que es un espacio único para la creación contemporánea".

Sanz ha destacado además que el éxito de esta primera función "demuestra el interés de los sevillanos por disfrutar de propuestas innovadoras y de calidad" y ha reafirmado el compromiso municipal de consolidar esta cita bienal como un referente internacional.

Con esta inauguración, Sevilla se asoma a un proyecto que aspira a unir tradición y vanguardia. El Festival de Ópera de Sevilla, que se prolongará hasta el 12 de octubre con un programa que incluye títulos de Manuel García, Monteverdi y recitales de artistas de prestigio, ha nacido con fuerza.