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Sevilla supera habitualmente los 40 grados en verano. Es una de las capitales más calurosas de Europa y, sin embargo, su red pública de piscinas es escasa: una piscina por cada 170.000 habitantes.

Mientras la población de la ciudad asciende, según los últimos datos relativos a 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE), a 687.488 habitantes, el número de piscinas municipales disponibles para sobrellevar el calor se reduce a cuatro.

Los únicos barrios que cuentan con instalaciones públicas de baño son Tiro de Línea, Rochelambert, Alcosa y Torreblanca.

Esto supone, de facto, que hay una piscina por cada 171.872 personas, una ratio tan insuficiente como inasumible si se tiene en cuenta la crudeza del verano sevillano, que se extiende durante meses.

Y es que los datos oficiales del Instituto Municipal de Deportes (IMD) desmontan cualquier posibilidad de que estas instalaciones funcionen como un verdadero recurso colectivo.

El aforo máximo de cada una es el siguiente: 365 personas en Tiro de Línea, 192 en Rochelambert, 206 en Torreblanca y 309 en Alcosa.

En total, solo 1.072 personas pueden refrescarse a la vez en una ciudad donde el calor extremo no es la excepción, sino la norma. O lo que es lo mismo: el 0,16 por ciento de la población.

La escasez de piscinas no es un fenómeno nuevo, pero en los últimos años ha cobrado especial relevancia por el impacto creciente de las olas de calor y el agravamiento de la crisis climática.

Las soluciones del Ayuntamiento

Conscientes de esta carencia estructural, el Ayuntamiento de Sevilla incluyó en su Plan Local de Instalaciones y Equipamientos Deportivos, publicado en agosto de 2024, la construcción de tres nuevas piscinas públicas con las que aliviar la presión térmica en la ciudad.

Las nuevas infraestructuras se repartirán por distintos puntos del término municipal: el Charco de la Pava, El Higuerón y el Polígono Sur.

Cada una de estas piscinas responde a un diseño distinto. En el caso del Charco de la Pava, se proyecta una instalación de nueva planta integrada en el complejo deportivo existente. El plazo estimado de ejecución es largo: cuatro años, según recoge el documento municipal.

Un plazo idéntico se aplica al proyecto de El Higuerón, que se ubicará en el Parque Deportivo y contará, al igual que la anterior, con una piscina polivalente cubierta por una estructura telescópica.

Más ambiciosa en su urgencia era la piscina prevista para el Polígono Sur, diseñada como instalación de verano, con una dimensión de 25 x 12,5 metros y un calendario mucho más ajustado.

Su plazo de construcción era de solo un año, por lo que en teoría debería estar ya operativa este verano de 2025. Pero no lo está.

Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL con fuentes del propio Ayuntamiento, la obra ni siquiera ha comenzado. El motivo es administrativo: "El concurso de adjudicación quedó desierto", explican desde el Consistorio.

La del Polígono Sur, en 2026

"No hubo empresa adjudicada", añaden, lo que ha supuesto un bloqueo del proyecto. Sin embargo, desde el área de Deportes se asegura que ya se están buscando alternativas para el verano de 2026.

Entre ellas se contempla retomar el plan inicial u optar por alguna solución distinta aún no detallada. "Al 100 por ciento, el año que viene va a haber algo en el Polígono Sur", garantizan desde el Ayuntamiento.

En cuanto a las otras dos piscinas, que sí contaban con un margen más amplio para su desarrollo, la situación es desigual.

En el caso del Charco de la Pava, el proceso está en fase previa: "Se está contratando al equipo técnico para el desarrollo del proyecto", confirman fuentes municipales.

La piscina de El Higuerón, por su parte, ha sufrido un ligero parón administrativo. "Ahora vamos a sacar los pliegos porque ha habido que regularizar el suelo", explican, en referencia a la necesidad de modificar el uso urbanístico del terreno.