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La tienda de disfraces más famosa de Sevilla se despide para siempre. El mítico escaparate de Pichardo, ubicado en la plaza Fernando de Herrera, junto a la iglesia de San Andrés, amanecía estos días cubierto por carteles rojos con un mensaje claro: “Liquidación por jubilación. Todo al 50 por ciento”. El cierre de este comercio marca el final de una era en el corazón de la ciudad.

Pichardo no es solo un establecimiento comercial, sino un pedazo de la memoria sentimental de generaciones de sevillanos. Fundada en 1952 por Diego Díaz Pichardo, la tienda nació originalmente como papelería e imprenta en la calle José Gestoso, bajo el nombre de Papelería Pichardo.

Con el tiempo, y gracias al espíritu innovador de su fundador, el negocio fue incorporando artículos de broma, entonces una auténtica novedad en Sevilla, y más tarde, productos de fiesta y disfraces.

Así nació la actual Pichardo Fiestas, con sede en la plaza Fernando de Herrera número 2. Desde allí, el comercio ha surtido durante décadas no solo a clientes particulares, sino también a hoteles, ayuntamientos, colegios, discotecas y organizadores de eventos de todo tipo.

Su catálogo incluía desde disfraces clásicos hasta complementos insólitos, convirtiendo el local en una referencia obligada cada Carnaval, Halloween o celebración escolar.

La jubilación del actual propietario pone fin a esta historia empresarial con sabor local que ha vestido a generaciones enteras. Porque si hay algo en lo que muchos sevillanos coinciden es en la certeza de haber llevado, al menos una vez en la vida, un disfraz salido de esta tienda.

Con su clausura, Sevilla pierde no solo un comercio histórico, sino también un símbolo de la cultura popular de la ciudad.