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El derbi de este domingo entre Betis y Sevilla será recordado como el de la paz 'in extremis'. Ambos equipos acordaron el pasado martes que volverían a retomar las relaciones tras la ruptura del pasado diciembre.

Se busca dar un ejemplo de cordialidad y que la tensión no se traslade a las aficiones. Detrás de ello también hay intereses comunes. Porque ambos equipos son los representantes de La Liga en la Comisión que pretende reformar el arbitraje. En ese contexto, convenía estar unidos.

Lo reconocía el mismo presidente del Betis, Ángel Haro. "Rivalidad tiene que haber pero fuera de esa rivalidad, incluso hay ámbitos donde podemos coincidir y tener intereses comunes como en LaLiga y en la Federación", decía.

La de Betis y Sevilla es la historia de una larga enemistad en una ciudad dual. Es una afirmación que va más allá del tópico. Se palpa en cada esquina de la ciudad. Hay hasta parejas de los dos equipos. Hijos de padres béticos que salen sevillistas y viceversa.

Se vive con normalidad, siempre dentro de los cauces de la ironía y la broma. Lo que se conoce como la típica 'guasa sevillana'.

Lopera y Cuervas

Sin embargo, hubo ocasiones en los que el agua llegó el río. Son historia de España y se recuerdan en la previa de todos los derbis. El episodio más célebre sucedió en 1995, cuando Manuel Ruiz de Lopera llamó "borracho" a Luis Cuervas en un encuentro de la Cadena COPE, con Ámparo Rubiales, delegada del Gobierno en Sevilla, de mediadora.

"Yo no vengo de tomar whisky. Y si me tengo que tomar un whisky, me lo tomo, porque sé tomarlo y tú no sabes tomártelo", dijo el presidente del Sevilla. "Por eso bebo agua", dijo el del Betis.