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La Plaza Nueva de Sevilla encara una nueva reforma que afectará a su estética y dimensiones. Así lo hizo saber el Ayuntamiento de la ciudad el pasado martes, cuando el proyecto de mejora del espacio salió a licitación. Esta nueva obra se suma a tantas y tantas otras a lo largo de cientos de años que han convertido este emblemático punto en lo que es en la actualidad. 

Y es que su historia se remonta aproximadamente al siglo XI, cuando en el solar que ahora ocupa se hallaban un cementerio, huertas y la "Laguna de la Pajería", un vestigio de un antiguo brazo del Guadalquivir

Con la ampliación de la muralla en el siglo XII, la zona experimentó un proceso de colmatación, albergando tanto edificaciones como espacios vacíos. Aunque el hito realmente importante y el más conocido por los sevillanos es su transformación en convento

De esta forma, los franciscanos fueron los primeros en asentarse en el espacio durante el siglo XIII, estableciendo el convento Casa-Grande de San Francisco, cuyo solar sería clave para la futura plaza.

Sin embargo, durante la ocupación napoleónica, el convento sufrió un gran incendio en 1810. A pesar de los intentos de reconstrucción, la desamortización de 1835 paralizó el proceso, y en 1849 sus terrenos fueron cedidos a la ciudad.

Unos años después, en 1850, inspirados por las grandes plazas europeas, intelectuales y autoridades propusieron la construcción del espacio, y el arquitecto Ángel de Ayala diseñó el proyecto aprobado en 1850. Sin embargo, la falta de fondos retrasó su ejecución hasta 1852, cuando Balbino Marrón se hizo cargo de la obra.

Nombres

La plaza estuvo prácticamente acabada en 1857, momento en el que se la bautizó como Plaza de Infanta Isabel, honor a María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón-Dos Sicilias.

En 1868, cuando la revolución La Gloriosa irrumpió en España y puso fin al reinado de reina Isabel II dando paso al Sexenio Democrático, se denominó Plaza de la Libertad. 

La Plaza Nueva en 1948. Ayuntamiento de Sevilla Sevilla

Con la llegada de la Primera República española, en 1873, se la denominó, como no podía ser de otra forma. Dos años después, con la restauración de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII (tatarabuelo del actual rey Felipe VI), pasó a llamarse Plaza de San Fernando.

Finalmente, en 1931, se bautizó como Plaza Nueva, denominación que persiste hasta hoy.

Diseño original

El diseño original, concebido como la gran plaza mayor de Sevilla, presentaba edificaciones homogéneas en altura y un espacio central diáfano. Un plano de 1872 revela la configuración definitiva con elementos vegetales prominentes, bancos y farolas.

Sin embargo, la uniformidad de las fachadas se perdió a partir de los años veinte con la construcción de edificios dispares, proceso que se acentuó en los sesenta.

No fue hasta 1924 cuando se inauguró el monumento a San Fernando, obra de Juan Talavera y Heredia, que rinde homenaje al rey conquistador de la ciudad y a figuras clave en la toma de Sevilla.

Feria del Libro de Sevilla celebrada en la Plaza Nueva en 1971. Ayuntamiento de Sevilla Sevilla

La plaza, a lo largo de su historia, también albergó quioscos, como en la actualidad, y urinarios, hoy desaparecidos

En la década de 1940 se realizó una reforma en la que se incluyó el actual pavimento de mármol y la sustitución de bancos de piedra.

Últimas reformas

En 1994 se completaron las obras del antiguo proyecto de metro, que incluían la restauración de pavimentos y monumentos. ​Ya en los 2000 se realizan mejoras en el pavimento y se incorporan elementos como el Metrocentro. ​

La última de las reformas de esta plaza se está llevando a cabo en la actualidad. Comenzó en octubre de 2024 y se prevé que concluya en mayo de 2027.

El Ayuntamiento pretende una reforma integral que abarca la restauración del empedrado, la ampliación de la zona de mármol y mejoras en el mobiliario urbano, con el objetivo de devolver a la plaza su imagen "historicista", retrotrayéndose, por tanto, al siglo XIX.