Publicada
Actualizada

Millones de personas toman diariamente ibuprofeno. Este medicamento no se metaboliza de forma completa; parte de él es expulsado a través de la orina o las heces y llega a las aguas fecales, donde las plantas de tratamiento no siempre logran eliminarlo por completo. 

Lo que implica que estos residuos terminan en ríos y suelos, afectando a la biodiversidad y contribuyendo a la contaminación ambiental.

En este contexto, unos investadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) en Sevilla han conseguido aislar unos microorganismos que consiguen eliminar por completo los restos del ibuprofeno en las aguas residuales, lo que impediría que el fármaco continuara su camino de contaminación al entorno. 

Ante el desafío de la contaminación, la comunidad científica ha estado trabajando en la búsqueda de formas más eficientes de degradar estos compuestos antes de que lleguen al medio natural

Este descubrimiento, publicado en The ISME Journal, no solo ayuda a comprender mejor cómo los microorganismos se adaptan a entornos contaminados, sino que también podría "mejorar los procesos de depuración de aguas y reducir el impacto ambiental de los fármacos".

Inés Canosa, profesora del Área de Microbiología de la Universidad Pablo de Olavide e investigadora principal del grupo 'Regulación global de la expresión génica y

metabolismo de bacterias de origen ambiental' del CABD y Amando Flores, co-IP del

proyecto desarrollado en el grupo de investigación, son dos de los investigadores que han participado en el hallazgo. 

Bacterias residuales

Según ha informado la Universidad Pablo de Olavide (UPO), el ibuprofeno, uno de los contaminantes farmacéuticos más comunes en aguas residuales, termina en ríos y suelos, "afectando la biodiversidad y contribuyendo a la contaminación ambiental".

En este contexto, científicos sevillanos han descubierto una forma de impedir este escenario a partir de asociaciones de microorganismos capaces de alimentarse de ibuprofeno, lo que representa un avance prometedor.

En la naturaleza, "los microorganismos viven en comunidades complejas donde interactúan y colaboran para sobrevivir en distintos entornos", explica la UPO.

Inspirados por esta dinámica, los investigadores consiguieron recolectar "muestras de aguas residuales de estaciones depuradoras y lograron aislar consorcios microbianos". Esto es, grupos de microorganismos que trabajan en conjunto.

Descubrieron que estos microorganismos tienen la habilidad de aprovechar el ibuprofeno como su exclusiva fuente de carbono y energía, lo cual indica que poseen la capacidad de descomponer por completo dicho fármaco en sustancias más sencillas y menos perjudiciales.

Durante la investigación, los expertos notaron que estas comunidades microbianas experimentaban cambios evolutivos, ajustando las proporciones de sus elementos y adaptando su genoma con el fin de optimizar el proceso de degradación del compuesto.

Soluciones innovadoras

"Los resultados obtenidos abren la puerta a una comprensión más profunda de las nuevas rutas de degradación de contaminantes ambientales", manifiestan desde la UPO, "así como de los cambios genéticos que ocurren en las comunidades microbianas de la Naturaleza".

El logro alcanzado en esta investigación ha motivado a los científicos a plantearse nuevos retos. Entre sus próximos pasos, se encuentran la aplicación del enfoque empleado con el ibuprofeno para descubrir bacterias capaces de descomponer otros compuestos farmacéuticos contaminantes, como el naproxeno y algunos antibióticos.

Paralelamente, el grupo de trabajo investiga la posibilidad de fijar estos consorcios microbianos en materiales sólidos, lo cual facilitaría su incorporación directa en instalaciones de tratamiento de aguas.

Esta táctica podría incrementar de manera notable la eliminación de residuos farmacológicos, aportando una alternativa innovadora y sostenible para disminuir la contaminación hídrica.