Sevilla

Jesús Pascual es director de cine, escritor y publicista. Sevillano en Madrid, su documental 'Dolores, guapa' es "una forma de contar la vida de los mariquitas en la Semana Santa" y se acaba de estrenar en Amazon Prime.

Defiende que lo LGTBQ tiene un espacio en las hermandades y que la copla "es mariquita". Pero sobre todo, defiende una mirada nueva sobre la semana de Pasión y cómo se configuran las relaciones dentro de ese mundo.

- ¿La Semana Santa de Sevilla es inclusiva o clasista?

-  Depende de lo que hablemos. De entrada, la sociedad es clasista y es difícil escapar de eso. Pero la Semana Santa tiene un cariz más popular. Es un espacio para las resistencia. Aunque hay clasismo, siempre se ha conformado con la participación de las clases populares. Los barrios toman el Centro de Sevilla.

- ¿Las hermandades de Sevilla son un espacio de refugio para la comunidad LGTBQ+?

- Históricamente el mundo cofrade ha tenido un lugar para el mariquita. En el documental [¡Dolores, guapa'], quisimos rastrear qué quedaba de esa figura del mariquita andaluz ahí. Por eso no hay mujeres lesbianas en la película. 

- ¿Le criticaron por eso?

- Sí. Nos lo han recriminado. Claro que hay lesbianas en las hermandades y participan. Pero no han tenido el papel ni las funciones reservadas al mariquita. 

- ¿Es otra cosa?

- Ellas tienen un desarrollo discursivo más elaborado, por ejemplo, en El Rocío. Las lesbianas están en El Rocío más que en la Semana Santa. En el imaginario de El Rocío hay un componente bollero muy importante. Tantas y tantas mujeres e historias de ese tipo que se han movido allí... No voy a decir nombres. Marisol Bizcocho, que canta sevillanas, tiene unas sobre el lesbianismo. Una niña que le pide perdón a la Virgen de El Rocío porque no va a verla a ella sino a una chica que le gusta. 

- Habla del mariquita, no de lo LGTBQ ni del colectivo. ¿A qué se refiere?

- El término mariquita es un cajón de sastre donde caben todas las identidades del colectivo LGTBQ+ como las llamamos ahora. Lo que hoy identificamos como una mujer trans, hace 90 años se conocía como mariquita. Y la persona se decía mariquita.

-Hablaba antes de espacios para "los mariquitas" en las hermandades...

- Sí. Por ejemplo los vestidores. Son quienes definen la estética de la Virgen. Chaves Nogales ya hablaba del vestidor de la Virgen de San Bernardo y decía que "por supuesto que se trata de un hombre de gustos afeminados que haría la labor de muchas mujeres". Esto no quiere decir que todos los vestidores sean homosexuales, claro. 

- Pero sí que sugiere que en las hermandades se les trata diferente.

- Sí. Funcionaban como una especie de tercer género, aunque no me convence la expresión. A Antonio 'La Palomita' [uno de los protagonistas de su documental 'Dolores, guapa'] se define a sí mismo como mariquita. No como mujer trans. No como hombre. Mariquita.

- ¿Qué tareas sí se les veta en las hermandades?

- Todas las que tienen que ver con el carácter masculino. Aquí entran los atributos de género. Al mariquita en las hermandades se le atribuía lo femenino, lo que se entendía como femenino: el gusto por el detalle, el cuidado, la estética... Alejandra Pueyo, que es maravillosa, dice que las mujeres ven al mariquita en las hermandades como el ser completo: lo mismo se viste a la Virgen que te barre que te pone una alcayata. Pero los mariquitas no están en las juntas de gobierno. No, por lo menos, oficialmente. Extraoficialmente...

- ¿Hay hermandades en Sevilla que acoja mejor al colectivo?

- Bueno, es que aquí hay una cuestión que destacan los sociólogos. Los mariquitas están muy vinculados con las clases populares. ¿Había homosexuales ricos? Sí. Pero no eran mariquitas. Lorca no es un mariquita andaluz. Tampoco Rafael de León es un mariquita andaluz. Sí que lo eran La Esmeralda o Vicky Aranda, que lo mismo te cantaban copla que te barría el suelo. 

- ¿Y dónde están más cómodos, entonces?

- Cuando nosotros hicimos el documental ningún homosexual de hermandad rica de Sevilla quiso dar la cara. 

- Entonces, ¿mejor en las populares?

- Que te llamen mariquita ya es una declaración de clase. En la película no conseguimos a nadie de hermandad de ruan negro. Es curioso esto porque las hermandades ricas performan pobreza pero las de barrio performan riqueza, con terciopelo, capa...

- ¿Eso se traslada a los palios? ¿Hay diferencias?

- Decía Isidoro Moreno que los palios en Sevilla tienen mucho que ver con la primavera. Con la luz, la naturaleza, las flores, el movimiento, la mujer joven, la vida. Los palios serían una alegoría de la primavera.

- ¿Y los Cristos?

- El invierno. 

- La Semana Santa en Sevilla, ¿es más fe o más devoción?

- No está reñido. Una señora de Sevilla y otra de Madrid podrán hablar de fe, pero no están hablando de lo mismo. No se vive igual. Hasta los ateos disfrutan de la Semana Santa de Sevilla porque hay un componente trascendente aunque no creas. La Religión es eso también. Si usar el paso de la Macarena para hablar con tu abuela cuando pasa por la calle Parras, aunque no creas que es la Madre de Dios, estás rezando. Hay un sentido de trascendencia. Es fe. 

- ¿Por qué esa asociación que hace entre vírgenes y folclóricas?

- No solo eso. Es la relación con figuras femeninas que a los mariquitas nos fascinan. Los mariquitas tienen devociones por vírgenes como tienen por las princesas Disney o como los homosexuales antes, que tenían por las divas de la ópera. Las vírgenes de Sevilla, con todo el proceso de humanización hasta decimos que tienen carácter propio. No hablan igual la Macarena que la Esperanza que la Virgen de la Soledad de San Lorenzo. Un mariquita de Sevilla, eso lo entiende.  

- ¿Sí?

- Claro, porque tienen caracteres diferentes. Funcionan como un repositorio de un montón de sensibilidades de un grupo de personas que son hermanos y que practican ritos y pertenecen a una clase social. Son diferentes. Un mariquita te habla de sus vírgenes favoritas al tiempo que te habla de sus folclóricas favoritas. No es lo mismo Rocío Jurado que Lola Flores y no es lo mismo la Macarena que la Esperanza. Es la misma relación de admiración a grandes bellezas.

- Es autor del libro 'Amar como las locas'. ¿Aman diferente?

- No ha habido más remedio. La forma en que hemos conformado la experiencia amorosa está unida al contexto de cada persona. Y en este caso era el de la marginalidad y la persecución. Muy vinculado a la copla.

- ¿Cómo?

- El amor mariquita era muy dramático. Muy feliz pero también desmedido, de sufrir, de desasosiego. De transgresión. Prohibido. 

- ¿La copla es mariquita?

- Indudablemente. Aunque es una reducción, la copla es mariquita. Hay muchas cosas por donde salta la alarmas. Cuando pasa de moda las travestis siguen haciendo playblack de copla. No sé qué fue primero si el huevo o la gallina pero sí que hay una forma de estar en el mundo que se siente conectada a esa forma de estar en el mundo que plante la copla.