Vivo, la comedia musical animada con canciones y una interpretación vocal en la versión original en inglés de Lin-Manuel Miranda, es la última prueba de una revolución necesaria: la representación latina en el cine de Hollywood. Desde hoy ya se puede ver la película en Netflix.

Era cuestión de tiempo que la comunidad latinoamericana encontrara su lugar en la industria. El censo de Estados Unidos determinaba en 2019 que en el país vivían más de 60 millones de latinos, un 18.5% de la población. Con la excepción de casos aislados como Coco, la presencia de éstos en el cine mainstream era prácticamente inexistente. Hasta ahora. 

Dirigida por Kirk DeMicco (Los Croods) con la ayuda de Brandon Jeffords (Lluvia de albóndigas 2), Vivo es la nueva producción animada de Sony, un estudio en forma que este año ha estrenado una de las mejores películas estrenadas en 2021: Los Mitchell contra las máquinas. Ambas estaban destinadas a pasar primero por las salas de cine hasta que la pandemia puso patas arriba el calendario cinematográfico y el estudio decidió venderlas a Netflix para evitar que su catálogo fuera víctima de un panorama impredecible. 

Vivo cuenta la historia de un determinado y musicalmente talentoso kinkajú (una especie de mamífero carnívoro y pariente de los mapaches que vive en las selvas de México y Centroamérica) que debe viajar con una solitaria niña desde La Habana hasta Miami para honrar las últimas voluntades de su dueño.

El anciano (con voz de Juan de Marcos González, de Buena Vista Social Club, tanto en inglés como en español) murió sin cumplir su sueño de reencontrarse con el gran amor que dejó escapar, una estrella de la música a punto de retirarse, y a la que quería entregar la canción de amor que le había dedicado décadas atrás. 

Aquellos que vean la versión doblada de Vivo se perderán el trabajo del actor como compositor y actor de doblaje de Miranda, autor a su vez de la idea original del proyecto. Irónicamente, su aportación se acaba convirtiendo en una parte clave de las fortalezas y limitaciones de la propuesta. Como compositor, el neoyorquino sigue siendo una garantía de energía, ritmo y rimas inspiradas. Como actor, su limitado rango vocal empieza a mostrar dotes de agotamiento. Tras ser superado por su compañero de escena en Hamilton, Leslie Odom Jr., es difícil sacarse de encima la sensación de déjà vu en sus siguientes trabajos. 

'Vivo'. Netflix

No ayuda que Miranda, quizás la mayor revelación de la cultura pop en la última década, esté en todas partes. Solo en 2021, estrenará Vivo, En un barrio de Nueva York (basada en su primer musical en Broadway y en cuya adaptación se reserva un papel secundario clave) y tick, tick… Boom! (otro musical con el que se estrena como director de cine), además de interpretaciones vocales para televisión en las series Patoaventuras y Estados Unidos. 

Este otoño debería haberse estrenado también la grabación del reparto original de Hamilton, pero Disney+ la adelantó al verano de 2020 por culpa de la pandemia. Y aún tenemos presente sus estupendas composiciones para Vaiana y su aparición junto a Emily Blunt en El regreso de Mary Poppins. A sus 41 años, Miranda está decidido a aprovechar su estatus en la industria (algo lógico, después de décadas en las que el sistema ignoraba a los que hablaban y lucían como él), pero quizás debería diversificar su incontestable talento. 

El encanto de su atípico personaje protagonista y su dinámica relación con una niña con la que no se puede comunicar más allá de la música aportan humanidad y personalidad a una misión que no se sale del camino preestablecido por el género. También es reivindicable la intrahistoria que detona el relato: una sencilla, pero efectiva historia de amor que no necesita cargar las tintas para hacer entender al espectador la importancia del viaje. 

'Vivo'.

La producción de Sony no puede competir en virtuosismo visual con recientes productos de la competencia como Wolfwalkers, Soul y Luca. Sin embargo, gracias a la combinación de animación por ordenador y una cálida iluminación y escenografía supervisada por Roger Deakins (un gran maestro de la dirección fotografía que ocasionalmente colabora en proyectos de animación), la cinta presenta un universo atractivo que enseña otra cara de la Habana, Cayo Hueso y los Everglades de Florida.

Tras 90 entretenidos minutos, Vivo es una simpática, resultona y colorida aventura que transcurre sin demasiadas sorpresas ni momentos brillantes más allá de algunos de sus números musicales. Los apasionados de la cultura latina celebrarán un epílogo en el que se puede escuchar juntos por primera vez a dos iconos como el autor de Hamilton y Gloria Estefan. Que siga la fiesta. 

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