La clave del buen cine de animación para toda la familia es siempre la misma: divertir a los niños sin que los padres se aburran como ostras. A priori puede parecer sencillo, pero no lo es. Cada mes se estrenan en las salas títulos que con poner cuatro colorines y a unos dibujos animados intentan sacar tajada. Resultado, engañan a los más pequeños, pero cualquiera con uso de razón desconecta. Pero cuando la fórmula funciona, se consiguen verdaderos éxitos. Algunos de ellos inesperados. Pocos apostaban porque un filme como Gru, mi villano favorito, se convirtiera en una saga de éxito, y puede que tampoco muchos creyeran en que Los Croods se convertiría en uno de los mayores éxitos de 2013.

Ha tardado mucho en llegar la secuela de aquel pelotazo, y ahora llega -se estrena en cines el 23 de diciembre- en el momento más raro en mucho tiempo, tras la crisis del coronavirus y con los cines de medio mundo cerrados. En España se espera que esta familia de cavernícolas anime a las familias a ir a las salas. Lo harán con un argumento que parecía anticipar el futuro, ya que la primera familia de cavernícolas explorará en busca de un hogar seguro que les proteja, y encontrarán a otra familia que cree que los muros son la mejor forma para sobrevivir, sin contacto con cualquiera que sea diferente. Un título con muchos guiños a temas adultos, como los muros de Trump, el clasismo, los falsos progres o las políticas del miedo.

Esta capacidad de enganchar a los mayores es lo que encandiló a Anna Castillo, que da voz a Alba, que en versión original es la actriz de Star Wars Kelly Marie Tran. La actriz española se muestra encantada de que el filme tenga “muchas lecturas y me parece muy guay, a mí me gusta para mí, me gustó mucho y me lo pasé muy bien”. Junto a ella se incorpora Raúl Arévalo como Phil MásMejor -Peter Dinklage en inglés-, que destaca de todos los mensajes el de “las mujeres al poder, cuando las mujeres toman las riendas es cuando empiezan a funcionar bien”.

La familia de Los Croods.

Sin hacer spoiler, serán las mujeres de la tribu las que solucionarán las cosas ante el infantilismo de los hombres y su tendencia a la fanfarronería. La sororidad y el empoderamiento solucionarán las cosas, y eso para Anna Castillo fue fundamental. “Me encanta que por primera vez en una película de dibujos, bueno, quizás no la primera, pero sí de una forma tan limpia y tan clara, son las tías las que salvan a los hombres. Por ejemplo, una de mis películas favoritas es Mulán. Y ella salva al chico y a China, pero estando enamorada, ocultando que es una mujer… siempre hay cositas que no están bien y que en este caso sí”, cuenta a EL ESPAÑOL.

“Lo fascinante de las películas de animación buenas son las dobles y hasta triples lecturas que tienen ya desde el propio guion y luego en la animación. Está el chiste para el niño de cinco años, pero que el de diez años entiende de otra forma y que los padres también se ríen. A mí me pasó con Coco, que me acuerdo que se encendieron las luces del Kinépolis y los niños se estaban riendo y todos los padres estaban llorando”, apunta Raúl Arévalo sobre el cine de animación que funciona para todos los públicos.

Por primera vez de una forma tan limpia y tan clara, son las tías las que salvan a los hombres en una película de animación

Ninguno había doblado a ningún personaje de animación, aunque Arévalo sí que había hecho algo parecido en Memorias de un hombre en pija, aunque reconoce que era un trabajo completamente distinto. “Éramos vírgenes los dos”, dice riendo Anna Castillo que subraya lo complejo que ha sido. “Cuando actúo no pongo la atención en la voz ni en mi gestualidad, sino en lo que me pasa, pero aquí tienes que hacerlo. Es muy técnico y muy concreto. Menos mal que teníamos a los directores de doblaje echando un cable, pero notas la dificultad, y también por eso, cuando lo consigues te da mucho subidón”, dice la actriz que coincide con su compañero en una metáfora fácil: “es como un juego, como pasarte un juego de la PlayStation”.

También coinciden en una cosa: hay que ir al cine. Se ha demostrado que son seguros, y una película como Los Croods hay que disfrutarla en pantalla grande, como recuerda Anna Castillo. “En las salas no hay rebrotes ni en el teatro tampoco. Los cines tienen que mantenerse, tienen que seguir abiertos y la gente tiene ganas de ir. Yo como espectadora y como actriz siento eso que estoy tranquilísima en un cine”.

Noticias relacionadas