Cristina G. Bolinches Rubén J. Lapetra

¿Será el hombre más rico del mundo? Tardará un semana, un mes o un año, pero la trayectoria de la mayor fortuna española apunta a lo más alto en el olimpo de los grandes patrimonios mundiales. Amancio Ortega Gaona, de 79 años, se encuentra a menos de un 4% de distancia de alcanzar los 77.000 millones de dólares de la persona más adinerada del planeta. Un puesto que atesora Bill Gates, cofundador de Microsoft.

Ortega se estrenó en 2001 en la exclusiva la lista Forbes. Lo hizo en la posición 43, con una fortuna estimada en 6.600 millones. Tenía 65 años. Catorce años después, Amancio tiene 74.000 millones y está a punto de liderar el ránking. De ellos, cerca del 10% está invertido en ‘ladrillo’. Su cartera inmobiliaria se ha convertido en una de las más activas del mundo, sobre todo, desde que comenzó la crisis financiera.

La fortuna de Amancio Ortega

Tiene edificios en propiedad en medio mundo y ha aguantado la crisis mucho mejor que otros grandes patrimonios. Un informe le sitúa, en menos de doce meses, como la mayor fortuna. No se refieren directamente a él, pero los analistas de Citigroup han tasado el 100% de Inditex en 115.000 millones de euros, a razón de 37 euros por cada una de sus acciones. Es su pronóstico a un año, que supera en un 20% en precio en el que cotiza actualmente la mayor empresa textil española, 31,02 euros por acción.

Posición histórica de Amancio Ortega en el ránking de fortunas de Forbes

De las batas al ‘pret-a-porter’ de bajo coste

Para conocer cómo se estructura la fortuna de Amancio Ortega hay que partir de Inditex. Él es el fundador y principal accionista del grupo de distribución. Lo controla a través de dos sociedades Gartler y Partler. La primera posee el 50,01% de las acciones de la dueña de Zara. Otro 9,28% lo gestiona a través de la también patrimonial Partler.

Mucho se ha hablado sobre el origen de la compañía. De cómo se puede crear un imperio textil desde un pequeño local. “La primera empresa que creó Amancio Ortega fue en 1963. Ahora están muy de moda los garajes, pues también se creó en un garaje”, explicó Pablo Isla hace unas semanas en una conferencia en A Coruña de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE). Se trata de la textil GOA (sus iniciales al revés) donde, se dice, confeccionaba batas y albornoces. No fue hasta 1975 cuando dio el salto a la capital coruñesa con su primera tienda Zara. “Siempre tuvo en mente tener contacto con el cliente”, indicó Isla. Catorce años después, ya estaba en París y Nueva York.

Ortega ya no preside Inditex. Cedió el testigo en julio de 2011 a Pablo Isla. Él tenía 75 años, Isla, 47. No fue, ni mucho menos, una sorpresa, el directivo era su delfín desde 2005, cuando llegó a la compañía gallega procedente de la tabacalera Altadis en sustitución de José María Castellano. Sólo han pasado diez años, pero Isla es hoy quien marca las líneas del grupo, pese a que Ortega sigue dentro. Mantiene su puesto en el consejo de administración.

A su imagen y semejanza

“Nuestra cultura respira Amancio Ortega por todas partes. El espíritu emprendedor, el inconformismo, la autocrítica, la ambición pero siempre con humildad, el nosotros y no el yo, sobre todo en los éxitos; en los desaciertos asumir la responsabilidad; gestionar como una pequeña empresa pero siendo conscientes de que somos una gran empresa; gente con iniciativa y que tome decisiones y asumiendo riesgos. Una empresa dura y exigente, con mucha identificación y con promoción interna”, resumía Isla cómo es la ‘filosofía Amancio’ en la misma conferencia.

Ser el principal accionista de Inditex, con casi seis de cada diez acciones tiene un claro beneficio: el dividendo. Es una de las obsesiones del grupo, a la que destina buena parte de su beneficio. Con cargo al pasado ejercicio, la retribución fue de 0,52 euros por acción. Gracias a los 1.848 millones de acciones de Inditex que posee, Amancio Ortega se embolsó 951 millones de euros sólo por lo bien que va el negocio.

Un año antes, con cargo a los beneficios de 2013, se apuntó más de 894 millones. Y así sucesivamente. En los últimos cinco años, su retribución vía dividendo le ha reportado casi 4.000 millones de euros. Pero no sólo gana gracias al dividendo. Si Inditex sube en Bolsa, su participación de control eleva su valoración. En lo que va de año, las acciones de Inditex se han revalorizado casi un 31% y, en la misma proporción, su porcentaje de control. Al precio del cierre del viernes, sus acciones de Inditex cuestan 57.325 millones de euros.

Evolución del dividendo de Amancio Ortega

Pero la fortuna de Ortega va mucho más allá de la compañía con sede en Arteixo. Éste es el germen que le ha permitido crear su emporio inmobiliario. Se trata del holding Pontegadea Inversiones que, en el pasado ejercicio, tuvo unos ingresos de 18.362 millones de euros y un beneficio de 2.560 millones.

El casero más poderoso del mundo

Del holding Pontegadea Inversiones no sólo penden las dos sociedades con las que domina Inditex (Gartler y Partler) también las distintas sociedades inmobiliarias que tiene repartidas por medio mundo (España, Estados Unidos, Canadá, México, Francia, Reino Unido, Italia y Luxemburgo).

En España, la sociedad Inmobiliaria Pontegadea (comparte nombre con el holding) es un gigante con activos valorados en 5.593 millones de euros. Genera un beneficio de 182 millones por alquilar sus edificios. Un beneficio que le sirve para engordar el negocio, ya que Ortega lo destina a la compra de nuevos inmuebles. Así el imperio crece.

Gracias a su capacidad para comprar se dan circunstancias, cuando menos, curiosas. Ortega es el casero de rivales como Primark y de gigantes tecnológicos como Apple. Esta misma semana, la enseña irlandesa de moda de bajo coste ha inaugurado a bombo y platillo su sede en la madrileña Gran Vía. Un edificio, otrora sede del grupo Prisa (allí está todavía la Cadena Ser) por el que el empresario nacido en León pagó 400 millones de euros. También es casero de Primark en Londres. En cuanto al gigante tecnológico, suya es la tienda de Apple en la plaza de Cataluña, pero también en Miami, donde en septiembre compró una manzana entera en la peatonal Lincoln Road por 370 millones de dólares (325 millones de euros).

Exterior de la tienda de Primark en Gran Vía 32, Madrid Paco Campos Efe

Otros inmuebles españoles bajo cartera de Ortega son la Torre Picasso, otros edificios en el paseo de la Castellana (por ejemplo, la sede de Fnac de Nuevos Ministerios), el número 23 de la calle Serrano, alquilado a Zara -también es casero de su propia empresa- e inmuebles en el Paseo de Gracia barcelonés, la arteria comercial de la ciudad condal.

Seguir la pista a sus inmuebles permitiría hacer un tour turístico por medio planeta. La primera parada, podría ser Londres. Allí, en abril de este año adquirió por 400 millones de libras (543 millones de euros) un inmueble en Oxford Street (ése en el que también es casero de Primark). La misma cifra pagó dos años antes por un edificio de oficinas en el West End que, en su momento, fue residencia de los duques de Devonshire. También en Londres tiene la sede de la minera Rio Tinto, por la que en enero de este año pagó 265 millones de libras.

Dejando Londres, el particular 'monopoly' de Ortega lleva a otras capitales europeas. En París, también alquila la tienda donde está la tienda Apple, además de un edificio en los míticos Campos Elíseos. En la capital del Sena llegó a ofrecer 1.200 millones de euros por una veintena de edificios. Esa batalla la perdió. Incluso, a veces, vende. Este año, hizo caja con un inmueble en Berlín, The Q, por 300 millones de euros.

El viaje por el patrimonio de Ortega conduce hasta Roma, donde es dueño del palazzo Chigi, en la comercial Via del Corso, donde está la principal tienda de Zara en la capital, o a Nueva York, allí posee un edificio en pleno Meatpacking District. A saber cuál será su próximo destino.