El 8 de septiembre se celebra el Día Internacional del Periodista (otros países, como España, tienen su propio día, que es el 24 de enero, san Francisco de Sales). Una profesión a la que se le puso el calificativo de ‘cuarto poder’, después del ejecutivo, el legislativo y judicial.
Y todo debido a la extraordinaria influencia que tienen los medios de comunicación en la sociedad y la opinión pública, además de en gobiernos y sus representantes.
Redactores, reporteros, presentadores, fotógrafos, cámaras… celebran este día desde 1958. Ese año, y durante el IV Congreso de la Organización Mundial de Periodistas (OIP) desarrollado en Bucarest (Rumanía), se estableció el 8 de septiembre como Día Internacional del Periodista.
Y fue así en honor al escritor y periodista checoslovaco Julius Fucik que fue ejecutado por los nazis el 8 de septiembre de 1943.
Una fecha destinada a resaltar la importancia del periodismo en su labor de buscar la verdad y en defensa de la libertad de expresión. Una ‘mina de oro’ que el cine no ha dejado pasar con producciones que son auténticas obras de arte. Incluso algunas merecedoras del Oscar de Hollywood.
¿Qué películas son candidatas?
A lo largo de la historia del séptimo arte, los periodistas han sido una fuente inagotable para los guiones. A veces, casos reales llevados a la gran pantalla. En otras ocasiones, historias ficticias. En ocasiones, comedias. En otras, tragedias.
La lista de películas merecedoras a ser la mejor historia de periodistas es amplia: Luna nueva, de 1940, cuenta cómo el editor de un periódico busca todo tipo de artimañas para retener a su periodista estrella; Ciudadano Kane, de 1941, recoge la vida de un magnate de la prensa; o El gran carnaval, de 1951, sobre la falta de moral de los medios para conseguir la historia que el público quiere escuchar.
También se pueden incluir El cuarto poder, de 1952, donde el editor jefe de un periódico arremete contra el mafioso de la ciudad; Mientras Nueva York duerme, de 1956, en la que el jefe de un periódico promete un ascenso a aquel reportero que descubra la identidad de un asesino; o Corredor sin retorno, de 1963, en la que un periodista con ambiciones se infiltra en un psiquiátrico para investigar un crimen y así conseguir el Premio Pulitzer.
¿Más películas candidatas? Network (Un mundo implacable), de 1976, en la que un presentador anuncia en directo que va a suicidarse tras ser despedido al haber perdido popularidad su programa de noticias; Bajo el fuego, de 1983, que recoge la dura vida del corresponsal de guerra; o The Paper (Detrás de la noticia), de 1994, que muestra la frenética actividad de un periódico durante 24 horas.
¿Cuál es la mejor película de periodistas?
Temáticas para todos los gustos que llegaron a tener el beneplácito de público y crítica. Pero si hay una película que refleja de manera poderosa el por qué el periodismo es el cuarto poder esa no es otra que Todos los hombres del presidente.
Dirigida en 1975 por Alan J. Pakula, y protagonizada por Dustin Hoffman y Robert Redford, consiguió cuatro Oscar. La película muestra como dos jóvenes periodistas de The Washington Post (Bob Woodward y Carl Bernstein) investigan la detención de varios ladrones en el edificio Watergate del Partido Demócrata.
Sus pesquisas acabaran destapando lo que se acabaría conociendo como el ‘caso Watergate’ que concluyó con la dimisión del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, cuatro meses después.
Junto a Todos los hombres del presidente, otra película que podría incluirse entre las cinco mejores sería Ausencia de malicia, de 1981. El argumento gira en torno una joven periodista que es engañada por un político para que escriba una serie de artículos que desacrediten a un hombre inocente.
También sería candidata Al filo de la noticia, de 1987. En esta ocasión, el guion se centra en el mundo de la televisión en EEUU, y en el lio amoroso entre el guapo locutor y la realizadora. Sin olvidar El dilema, de 1999, en la que un periodista de investigación indaga sobre las polémicas políticas de la industria tabaquera para vender más su producto incorporando sustancias adictivas (y cancerígenas) tras la información facilitada por un confidente.
Por último, y más reciente, es Spotlight (2018). En este caso, un grupo de periodistas del Boston Globe se dedican a investigar varios casos de pederastia por parte de curas católicos. Fue merecedora de dos Oscar.