Hace unos meses, la serie Heartstopper de Netflix se convirtió en un fenómeno. Esta producción, basada en la novela gráfica homónima, narraba la historia de amor entre dos jóvenes estudiantes, uno deportista y popular, y otro que durante mucho tiempo ha preferido pasar los recreos encerrado en un aula para no sufrir acoso.

Sin embargo, hay otras producciones que también están protagonizadas por adolescentes homosexuales, y con tramas mucho más ricas y divertidas, como por ejemplo, Chucky, que la pasada semana estrenó en el canal SyFy su segunda temporada.

En Chucky, el protagonista es el joven Jake (Zackary Arthur), un adolescente que un día compra en un mercadillo un muñeco Good Guy, con la mala suerte de que dentro de él vive encarnado el asesino Charles Lee Ray, Chucky. Al igual que Charlie (Joe Locke) de Heartstopper, Jake es un chico que no se relaciona demasiado bien con sus compañeros de instituto. Tiene gustos diferentes a los de la mayoría: ama el terror, los monstruos, los crímenes. Y también es homosexual, y vive la misma con valentía.

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En la primera temporada, estrenada en España en enero, vimos en su dormitorio una bandera con los colores del arcoíris. Pero su sexualidad quedó fuera de dudas cuando Chucky le preguntó directamente por esta cuestión, y el pequeño asesino de pelo naranja se mostró comprensivo. “Yo tengo un hijo gay, y de género fluido”, le contó al protagonista. “¿Y te parece bien?”, quiso saber Jake. “No soy un monstruo”, respondió entonces Chucky, dejando claro que él podrá asesinar a gente, pero no discrimina a nadie por su orientación o su identidad de género. Y menos, al que es carne de su carne. O plástico de su plástico, según queramos verlo.

Al igual que en la primigenia película de Muñeco diabólico, Jake se convierte en el primer amigo de Chucky, y luego, en su rival, en el único conocedor de su secreto, el que tendrá que frenar en seco sus tropelías y sus crímenes. Y mientras esto sucede, el muchacho conocerá a un amigo, que pronto pasará a ser algo más, Devon (Björgvin Arnarson).

Desde el primer momento, Chucky puso sobre la mesa el tema de la homofobia, incluida esa que sufren muchos jóvenes incluso antes de ser conscientes de su propia orientación sexual. Un ejemplo lo teníamos en el personaje del padre de Jake, interpretado por Devon Sawa, que rechazaba por completo a su hijo. En esta nueva temporada que ahora tenemos entre manos se vuelve a hablar de discriminación tanto por parte del entorno familiar (de acogida, en este caso) como en los círculos religiosos.

Llegado a este punto, hay que destacar que Don Mancini, el guionista de todas las películas de Chucky, así como de la serie, es homosexual, y ha aprovechado su más conocida creación para mandar un mensaje de inclusión. Lleva haciéndolo, de hecho, desde hace 25 años. En la película La novia de Chucky ya hubo un primer personaje abiertamente gay. Luego vimos en otras secuelas cómo la magia negra puede permitir a un hombre como Chucky tomar posesión el cuerpo de una mujer. En la serie que nos ocupa, hasta hay una mujer enamorada de otra, aunque su cuerpo lo cohabitan a la vez el alma de Chucky y de Nica, a la que conocimos en La maldición de Chucky.

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Lo interesante de todo esto es que la orientación o la identidad de los personajes es algo que está ahí como un elemento más, pero las tramas no giran alrededor de los dramas y comedias de ser homosexual. En Heartstopper, podríamos decir que vemos la historia de dos chicos que son gays. En Chucky, vemos a dos chicos gays que luchan contra un histórico asesino en serie que ha poseído no se sabe cuántos muñecos Good Gays. Y se encuentran incomprendidos por los adultos, que no entienden lo que les sucede, que les hacen creer que todo lo que sienten y los miedos que afrontan son solo fruto de la confusión propia de su edad. Una curiosa metáfora que bien podría aplicarse a la propia homosexualidad.

En el episodio de esta semana, Chucky nos presentará, al fin, a Glen / Glenda. Esta dualidad de personajes vino al mundo en los últimos segundos de La novia de Chucky, y lo vimos crecer en La semilla de Chucky. Se trata de un personaje que encarna tanto lo masculino como lo femenino, y que a veces es Glen, y en otras, Glenda. Tal como nos han dicho en pinceladas, ya no es una única persona, sino dos gemelos; entendemos que Glen ha adoptado un cuerpo, y Glenda. Las últimas escenas del episodio anterior, los veíamos llegar a casa de su madre en un coche con la matrícula que reza They / Them, los pronombres que utilizan algunas personas no binarias en inglés.

Traer de vuelta a Glen y Glenda no ha sido fácil precisamente. En diversas entrevistas, Don Mancini contó cómo los productores le impedían recuperar estos personajes, que volverán a protagonizar una escena en el universo de Chucky 18 años después de su puesta de largo. Estos gemelos estarán interpretados ahora, por cierto, por el intérprete no binario Lachlan Watson, Theo en Las escalofriantes aventuras de Sabrina.