31 diciembre, 2023 02:36
Domingo Díaz José Verdugo

Jorge Ruiz (Murcia, 1973) ha marcado la adolescencia de muchos españoles. Lleva 20 años en la música y sus canciones son himnos para gente que ni siquiera le conoce. De hecho, podría pasar desapercibido en la puerta de casi cualquier colegio, en un restaurante y andando por cualquier calle de Madrid. El vocalista y fundador de Maldita Nerea es un hombre tranquilo, alejado de la fama que podría tener cualquier miembro de un grupo que ha marcado una época en el pop español.

Ruiz es una rara avis en el panorama musical. Le canta al amor pleno y no al desamor; no le canta nunca jamás a las drogas, sino a la Educación; y ahora no quiere llenar salas, sino meter sus creaciones en los colegios.

Recibe a los reporteros en su estudio madrileño. Todo está perfectamente ordenado, muy coqueto, y lleno de libros. Es acogedor, afable, tranquilo. Por su carácter, hay quien le dice que es un gallego de Murcia. Tiene más de maestro que de artista (al menos a simple vista).

[Andy y Lucas: "Decir que defiendo a España es de fachas. En Estados Unidos esto no pasa"]

Ruiz no cumple con los cánones de los canallas musicales. Si Alejandro Sanz decía ante Jesús Quintero hace años que odiaba los momentos de promoción, Jorge afirma ante EL ESPAÑOL que no le importa pasar de una entrevista a otra: "Me gusta. Parece que hago discos nuevos para hacer promos para conocer gente. En general, el proceso de promo me interesa, te permite ver cosas que tú no ves… Soy un máquina haciendo promo, no tengo hartura".

—Es un arte en el mundo actual hacer 17 entrevistas y no meterse en ningún charco.

—Tampoco soy una persona que genere titulares. Ni me interesan ni soy una persona interesante para eso. Hay gente que dice una cosa y está en todos lados. Nunca me ha pasado y espero no ser un bocazas para no decir tonterías. Al final, puedo hablar de lo que puedo hablar. De lo demás, me callo.

—¿De dónde sale lo que canta?

—El disco recoge mi proceso personal después de la pandemia. Ha sido muy duro, como mucha gente puede imaginarse. Nosotros venimos de que estrenamos el disco anterior en el Wizink y dos días después se cierra todo. Entonces, el disco no puede desarrollarse. Ahora estamos empezando a probar esas canciones y se juntan con las del disco nuevo. Es un disco que recoge esa información de una persona concreta que pasa una crisis vinculada al coronavirus.

Hay canciones que son únicas en mi carrera. Como Duele, donde me rompo por completo. Gracias a Dios, me he roto, pero me he recompuesto. Es una canción rara en mi repertorio, porque habla de lo profundo y de lo tenebroso que está el pozo y ahí no hay medias tintas ni metáforas extrañas: estás mal y duele.

Sin embargo, también tiene la otra cara más luminosa, con una canción que es Inevitable. Ahí me cruzo con mi interés por el mundo educativo, que lo llevo gestando varios años, pero me enfoco a que esa canción vaya al aula. Concretamente, a las aulas de Primaria. Entonces, sin ningún tipo de complejos, la canto con una niña de seis años, que por casualidad es mi hija, y hablo de la creación más importante que tiene el ser humano: el amor.

Jorge Ruiz, vocalista de Maldita Nerea.

Jorge Ruiz, vocalista de Maldita Nerea. Jose Verdugo

Jorge Ruiz en su estudio.

Jorge Ruiz en su estudio. Jose Verdugo

—¿Qué es inevitable para usted?

—El amor. No puede no suceder. Parece muy buenista, pero es literal. El circuito de la oxitocina y todos los neurotransmisores que emergen de manera natural en nosotros, como cuando eres un niño, no lo puedes evitar: sucede y ya está. Entonces, me apetecía hacer un juego de palabras enfocado a que los niños pudieran ser capaces de cantarlo, pero que fuera un reto, que no fuera algo sencillo de pronunciar para ellos.

Si no tiene valor, en el aula no entra. Si entra, tiene valor. Al menos, me gusta pensar así. Es una apuesta, no es muy habitual.

No es una acción promocional que me pueda generar millones de visitas. De hecho, vamos en dirección contraria. En el mundo de la velocidad y el streaming numérico, pensamos que hay que medir la intensidad. El mejor aceite del mundo, ni tú ni yo lo hemos probado porque probablemente no se venda en un centro comercial. Tienes que ir ahí a verlo. Eso sucede mucho en el mundo de la música y en el mundo de las creaciones.

Y el amor es lo más bonito que tiene el ser humano. Eso es indiscutible.

—¿Se escribe a lo que se pierde?

—A mí me suele interesar más la plenitud. Describir o utilizar metáforas a lo pleno, no a lo perdido, no a la ausencia, no al vacío. Pero en este disco no he podido evitarlo. De hecho, la canción que más se escucha en internet es Duele. Es muy profunda. Todas tienen más o menos el mismo nivel de streaming, eso significa que la gente lo escucha de manera regular, pero esta tiene una curva un poco más amplia y no sé por qué. Es la más dura, de largo, de mi carrera.

—El streaming… Esto ha cambiado un poco desde que empezó en 2003.

—Se llama sobrevivir. Yo no tenía intención de hacer aniversarios, yo quiero seguir haciendo canciones nuevas y disfrutando. Me siento con fuerzas y creo que he cambiado en estos versos y la forma de escribir, de componer, no son iguales. Pero son cosas muy sutiles, tienes que estar muy metido para verlo. A poco que rasques…

Las estructuras de las canciones pop son muy importantes. Le dedico mucho tiempo a eso. Luego, los versos y la melodía. Yo lo hago de manera intuitiva, no me interesa demasiado la parte técnica, pero luego los músicos me dicen: es complejo por esto, por esto y por esto. Pero tú no lo notas. A mí me gusta eso: que no lo parezca, pero que lo sea.

—No lo piensa.

—Si lo piensas, te controla. ¿Cómo compones? No tengo ni idea. Es decir, hay una serie de normas. Pero ¿cómo sucede? Dudo que alguien lo sepa.

—Vaya, que no sabría responder aquella pregunta que le hacían antaño a Sabina por la calle de cómo se hace una buena canción.

—Ni idea. No sabes lo que va a pasar. Si lo sabes, eres un listo. Realmente no sabes cómo se ha hecho. Si quieres escribir sobre el amor, más te vale estar rodeado de amor. Yo lo estoy y por eso puedo escribir sobre el amor. Esa canción, que tardé poco en escribirla, está forjada durante décadas.

Jorge Ruiz, debajo de dos guitarras eléctricas en su estudio.

Jorge Ruiz, debajo de dos guitarras eléctricas en su estudio.

—¿A qué no le ha cantado?

—Inevitable es como me imaginaba yo un contenido dado en el colegio. Si te memorizas esto, tienes 10 de 10. Entonces, me planteé, para aportarle valor al aula, ¿qué pondría? ¿Cuáles son las 10 cosas más valiosas que tiene el ser humano? Enuméralas.

1.-El amor. Eso para empezar a hablar. Entonces, escribe sobre el amor si tienes narices. Pero sobre el amor pleno, porque de desamor hay discografías y discografías enteras. Yo también he escrito sobre el desamor, pero eso es muy fácil. Estoy mal, a escribir. Ahora, si tienes valor, escribe del amor.

Yo se lo he preguntado a muchos autores y todos me contestan lo mismo: no saben, que es muy difícil. Pues yo vivo ahí. Al menos, persigo eso. No sé si lo consigo. Yo estoy enamorado, la persona a la que más admiro es con la que estoy, no tengo que hacer un sobreesfuerzo para escribir lo que pienso sobre ella porque lo tengo en casa y lo vivo cada día. Y lo que tengo con mis hijos es amor puro, no estoy hablando de algo artificioso, es donde yo vivo.

—Usted siempre ha valorado mucho su anonimato. Sin embargo, le canta a lo que siente, con la desnudez que ello implica. ¿No le ha dado miedo nunca?

—Muchísimo. Es la madre del cordero. Eso es lo que hago específicamente. Cuando coges la canción de un autor tienes su campo semántico y cómo utiliza, cómo articula las frases, de qué eje a qué eje va. Lo mismo conmigo. Yo estoy desnudo. Hay veces que no estás tan acertado y se te ve menos. No todos los días logras ser 100% sincero, porque entonces sales a la calle, te encuentras al vecino que no te cae bien y te dice: buenos días. Eso es el ser humano. Pero cuando te pones a escribir, o te entregas o estás muerto. No puedes no ser real. Es vacuo.

—Hay muchos autores que le cantan a las drogas. Usted que canta y es filósofo, ¿no es casi un sacrilegio que no lo haya hecho?

—No estoy de acuerdo. Está probado que… Bueno, no sé si hay alguna sustancia exógena porque no me he drogado y, por ejemplo, Escohotado hablaba muchísimo de estos temas y con mucho criterio, por eso dejaba en bragas a muchos interlocutores, porque lo había probado todo. Te diré que no hay droga más bestia que el amor. Se habla siempre de los picos del enamoramiento como fase transitoria. Para mí, osadamente lo diré, el amor muta. Es una droga que muta con el tiempo. Lo mejor está por venir. Es como si fuera una especie de colocón gigantesco durante toda tu vida. Ninguna sustancia te da eso. Ese viaje es el amor.

—No le ha interesado nunca cantarle a la marihuana, por ejemplo.

—Es que no puedo. No tengo criterio. Lo respeto. Hay canciones memorables a la droga. De hecho, se ve mucho cuando un autor se droga. Tú lo puedes ver por cómo escribe. O cuando bebe.

Jorge Ruiz tiene un estudio lleno de libros.

Jorge Ruiz tiene un estudio lleno de libros. Jose Verdugo

"No me asusta PISA"

Jorge Ruiz es terapeuta y maestro de Audición y Lenguaje. Según su web es "un apasionado del conocimiento y de la evolución humana, así como de la psicología y de la filosofía".

El último disco de Maldita Nerea se titula Manual para seres maravillosos. Está destinado a entrar en las escuelas. De hecho, Inevitable ha generado una gran expectación por el concurso en liza. La idea es que los colegios la interpreten de la manera más creativa posible. Los ganadores consiguen que Maldita Nerea dé un concierto en su colegio.

—Somos los peores en PISA.

—A mí eso no me asusta. Son evaluaciones objetivas y dado lo que está pasando con los problemas de atención que tenemos todos por la gran cantidad de impactos que vivimos y las plataformas, los móviles son ladrones de atención. Y lo son porque nos dejamos, que parece que son el demonio y siempre lo lleva alguien. Podrías apartarlo. Para mí no es tan dramático. Yo no fui buen estudiante y tengo un buen currículum. No es incompatible una cosa con la otra. 

—¿Prohibiría los móviles en las aulas?

—Los regularía mejor. Soy crítico con eso. Esos móviles los compra alguien. Más claro, agua. Tampoco hay que ser muy listos. Estamos pidiendo a los colegios que prohiba algo que viene de casa. Como padre me lo tendría que hacer mirar. Como educador, y lo cuentan los docentes, es muy bestia. Todo lo que hay se transmite con más rapidez con los dispositivos.

Jorge Ruiz durante la entrevista.

Jorge Ruiz durante la entrevista. Jose Verdugo

—¿Prohibir no es una palabra excesiva en el colegio?

—No es prohibir, es regular. Está prohibido insultar al maestro. Es una regla de conducta básica, pero a veces hay que decirlo. Pero se está convirtiendo en algo que hay que regular externamente cuando es algo que viene de casa. Es como el famoso pacto por la educación: nunca va a llegar.

—¿Por qué?

—Se lo pregunté a un ministro y me lo explicó claramente. Es un pacto que implica un acuerdo de gran calibre a largo plazo y la actividad política es algo a corto plazo. Nunca va a haber un pacto por la ciencia. Por eso siempre lo digo y me he dedicado años a pelear por ello, pero no va a llegar. La Educación nunca está entre las diez primeras preocupaciones de los españoles. Nunca ha estado y nunca estará.

—Y por lo tanto tampoco de los políticos.

—No. Igual que también se mira a los ministerios y se olvida que hay 17 leyes educativas, una por comunidad. Entonces, desde el Ministerio para allá manda otro. Ahí lo que yo digo es que lo mejor es no hablar de política en Educación. Porque la ideología no debe entrar al aula. Debe entrar la humanidad o lo humanista como término holístico de desarrollo del ser humano. Pero la ideología al final lo que hace es contaminar. Igual en la música. Es sagrada, no se toca, como dice Alejandro Sanz. Sin embargo, a veces se politiza. Yo eso no lo entiendo. Debe estar aparte. ¿A quién le importa lo que yo diga políticamente? A nadie.

—Pero cuando legislamos estamos haciendo política. Una ley educativa influye en lo que ocurre en el aula.

—Sí, pero realmente el cambio sustancial que he dicho de: tú vas a ser más feliz si te dedicas a lo que te nace, a lo que tú amas. Eso es lo relevante, no lo exterior. Que sí, que hay leyes importantes, no te digo que no…

—Las leyes educativas como la Lomce, la Lomloe…

—Son cambios… Si te vas a la sustancia… No es tan importante. Yo cuando era un crío me manifesté por la paz en el mundo y por el cambio climático. Y veo lo mismo. Es lo mismo de siempre repetido. ¿Y mi ecologismo? ¿Eso no importa? Yo tengo que hacer una cosa para transmitirla. De dentro hacia fuera, que es como se entienden los conceptos. Si te lo tengo que forzar para contártelo, te costará el triple. Como en los exámenes.

—Usted ve difícil cambiar el mundo.

—Es imposible. Lo que sí soy un creyente de que cualquier tiempo pasado fue peor. La humanidad ha mejorado muchísimo. Los discursos catastrófistas no estoy de acuerdo. Nunca ha habido tantos seres humanos, nunca ha habido tanta paz en el mundo, pero todos sabemos los nombres de las dos guerras que tenemos ahí porque… No, hombre, no. ¿Cuánta paz hay?

—¿Se enseña bien la música en los colegios?

—Están en peligro de extinción. Ahora mismo la música está 45 minutos una vez a la semana en los colegios. En otros, cada 15 días. Sin embargo, cuando sucede algo importante en el aula, los profesores y las profesoras de música o de arte dramático o de arte, son los más reclamados para dinamizar el colegio. Y utilizan la música como elemento dinamizador. Messi puede marcar un gol apasionante. Un concierto de Cold Play dura de dos a tres horas. Nada a nivel atencional se puede comparar a algo así. La cuestión es qué hacemos con la música y por qué la relegamos. Por eso quiero hacer música para niños que el adulto pueda cantar con ellos, que no sea solo infantil. Mi primera propuesta es Inevitable.

—Bueno, la música es matemáticas.

—Yo no lo sabía, porque siempre se me han dado muy mal, pero hay un maestro muy bueno que lo explica. Jaime Buigas dice que el músico es un experto en matemáticas, lo sepa o no. Solo entrar a cantar a tiempo ya te convierte en eso. Eso es magia. Estoy de acuerdo. Si no, de qué entro a tiempo. Yo no tengo ni idea de cómo lo hago.

Jorge Ruiz, vocalista de Maldita Nerea, durante la entrevista.

Jorge Ruiz, vocalista de Maldita Nerea, durante la entrevista. Jose Verdugo

—Dicen que se ha perdido la exigencia en los colegios.

—Eso es consecuencia de la prisa. Si tú no eres exigente con tu profesión… Te hablo ahora como alumno. La mayoría de mis profesores te leían una receta. ¿Te suena? Lo hemos vivido todos. ¿Por qué te tengo que respetar si tú no me respetas? Me estás diciendo que esto es lo que hay. ¿Me estás diciendo que las matemáticas es esto? O la lengua o la literatura. Del punto A al B. No me salgo del círculo, cuando el cerebro infantil es muy creativo, no para.

—¿Qué le gustaría decir que no ha dicho nunca?

—Una de las cosas que he aprendido, que está en madre, es que el silencio es un camino que tengo mucho que explorar. El ser humano en general y el músico en particular está muy centrado en la emisión, porque recibimos premios y tal, pero el silencio tiene mucho valor. En la música el silencio es fundamental. Al final de sus carreras, los grande siempre lo dicen: la nota de notas es el silencio porque las engloba a todas. O los pitagóricos, que lo llaman la música de las esferas. Porque lo que todo engloba. Luego, en meditación, que ha influido mucho, el silencio es la ausencia de ego. Si tienes narices: cállate. Eso para un músico… Un arreglo magnífico es el silencio y, en la música pop, que cada vez son canciones más cortas para que te vean, más comprimidas… No, no, no: ¡cállate! ¿Qué me gustaría decir? Nada. Cállate, Jorge.