Según un estudio de la prestigiosa University Of Stupid People de New York (USA), hipotecarse sería bueno para la salud mental y física, sobre todo en el caso de adultos jóvenes. Aunque las conclusiones nos parezcan totalmente contrarias a lo que nos dice el sentido común, los autores de esta innovadora investigación nos han aclarado algunas dudas.

“Pongamos dos jóvenes de unos 25 añosSolo uno de los sujetos tiene una hipoteca, al que llamaremos Manuel. El otro sujeto no; y a este segundo la llamaremos Andrea. Mientras que Andrea sale todos los fines de semana una media de 1,5 días y se gasta el sueldo en comer y beber con sus amigos, Manuel se queda en su piso interior de 45m2 y sale a pasear todos los días un ratillo. En el caso de Andrea, el domingo tendremos a una persona resacosa, con la tarjeta bancaria temblando que seguramente se haya pillado algún catarro que le durará hasta el fin de semana siguiente. En cambio, Manuel, el domingo se encuentra descansadosin gastos inesperados en su cuenta bancaria y con un saludable bronceado por esos agradables paseos que se ha dado por su barrio”.

Lo que no cuenta este estudio es que Manuel se ha pasado todo el fin de semana en su casa, sin ver a sus colegas porque la hipoteca no le deja ni un duro para tomarse una caña, y que tiene agujetas de tanto pasear porque no quiere ni pensar en encerrarse en el zulo donde vive. El pobre Manuel todavía se acuerda del día en el que firmó su hipoteca en el notario. Él solo pasaba por allí preguntando por los unos pisos de protección oficial, pero le dijeron que eso era más viejo que Carracuca. Y claro, él otra cosa no, pero Avant-Garde siempre.

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Detrás de esta viñeta están Benjamín y Mercedes. Son padre e hija. Benjamín dirige el estudio Arquitectos San Lorenzo 8. Mercedes es ilustradora y diseñadora gráfica. El texto queda a cargo de Paula, la hija mayor, que se dedica a la seguridad alimentaria. La idea de cada semana: un asunto de familia.