Imagínese. Yo me dedicaba a evitar situaciones incómodas a gente muy importante. Pero personas al más alto nivel. Todos venían a mí para encontrar solución a sus vergüenzas. Y estando de lo más tranquilo, un día llega a mis manos el único trabajo que jamás pensé que tendría que hacer. Y mire usted que lo he visto todo. Pero esto no me lo esperaba. Un problema de Estado, me decían, de la mayor importancia. Había que darle solución. Y yo, como es lo que hago, me puse a ello.

Me puse en contacto con científicos, pero de los que teníamos en nómina y que sabía que no se irían de la lengua. Desarrollaron el compuesto, único para disminuir los apetitos más voraces. 100 veces más fuerte que lo que se puede encontrar en el mercado. Era necesario, este asunto no se solucionaría con un poco de azúcar. Y cada noche, mientras todos dormían, empezaba mi misión. Amansar a la fiera.

Parece ser que funcionó, según me confirmaron fuentes cercanas al sujeto. Y como otras veces, había salvado el país de la destrucción. Por la expresión de su cara veo que no me cree. No me importa, ya le tenía apuntado en mi libreta.

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Detrás de esta viñeta están Benjamín y Mercedes. Son padre e hija. Benjamín dirige el estudio Arquitectos San Lorenzo 8Mercedes, diseñadora gráfica, trabaja en Brava Producciones. El texto queda a cargo de Paula, la hija mayor, que se dedica a la seguridad alimentaria. La idea de cada semana: un asunto de familia.