Recientemente, un buque de carga involucrado en las exportaciones ilegales de carbón de Corea del Norte chocó con una embarcación china y se hundió.
A finales de febrero, un carguero norcoreano que navegaba en el Mar Amarillo con su Sistema de Identificación Automática (AIS) apagado colisionó con un barco chino cerca de un puerto en la costa sureste de China.
Se estima que cerca de veinte tripulantes norcoreanos perdieron la vida en el accidente.
Sin embargo, a pesar del naufragio y la considerable pérdida de vidas, los gobiernos de Corea del Norte y China no han hecho ninguna mención al incidente.
Esta omisión parece deberse al temor a que reconocer el accidente implique admitir violaciones a las sanciones impuestas contra Corea del Norte.
El contrabando ilegal entre Corea del Norte y China no es un fenómeno nuevo. Incluso después de que la ONU endureciera las sanciones contra Corea del Norte en 2017, Corea del Norte ha seguido traficando carbón, petróleo y productos marítimos a través de China.
En 2018, imágenes satelitales captaron a barcos norcoreanos realizando transferencias ilegales de petróleo crudo de barco a barco frente a la costa china. En 2019, se informó que grandes cantidades de carbón norcoreano llegaron a puertos chinos. El comercio ilegal continuó en 2020, con múltiples reportes de barcos norcoreanos viajando hacia y desde puertos chinos con su Sistema de Identificación Automática (AIS) apagado.
Estos casos sugieren que el gobierno chino no está aplicando estrictamente las sanciones contra Corea del Norte. Así permite que la economía norcoreana siga funcionando a pesar de las restricciones internacionales.
Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, China tiene la obligación de cumplir con el Derecho internacional.
Sin embargo, permitir las actividades de contrabando de Corea del Norte supone un incumplimiento de sus responsabilidades como potencia global.
"Para que las sanciones contra Corea del Norte tengan un impacto real, su principal patrocinador, China, debe cumplir con las normas internacionales"
Si el gobierno chino hace la vista gorda o no toma medidas contundentes contra estas actividades ilegales, el impacto no sólo perjudicará los esfuerzos para la desnuclearización de Corea del Norte, sino también la estabilidad del noreste de Asia.
Para mantener la confianza de la comunidad internacional, China debe cumplir estrictamente las sanciones contra Corea del Norte y tomar medidas efectivas para bloquear las transacciones ilícitas. En particular, es crucial reforzar la vigilancia en las zonas marítimas donde ocurre el contrabando y aplicar con rigor las sanciones contra estas violaciones.
La reciente colisión mencionada en el primer párrafo de este artículo expone de manera contundente los peligros del contrabando y sus implicaciones humanitarias. Operar con el Sistema de Identificación Automática (AIS) apagado es una táctica utilizada para ocultar actividades ilegales, pero también dificulta las labores de rescate en caso de accidente.
Como consecuencia, la demora en las operaciones de rescate desperdició un tiempo crucial que pudo haber salvado vidas, provocando la trágica muerte de numerosos tripulantes.
Aun más preocupante es el silencio de China y Corea del Norte ante la tragedia.
Corea del Norte ha demostrado repetidamente su desprecio por la vida humana, tratando a su población como meros instrumentos del Estado. Los trabajadores son movilizados para el contrabando en condiciones extremadamente peligrosas, mientras el régimen se desentiende por completo cuando ocurren accidentes.
China, por su parte, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y de la comunidad internacional, también tiene responsabilidades humanitarias. Su aparente intento de encubrir este incidente resulta profundamente decepcionante.
Este incidente subraya, una vez más, la necesidad de que la comunidad internacional preste mayor atención a la realidad del contrabando ilegal entre Corea del Norte y China.
En primer lugar, la ONU y las principales potencias deben reforzar la supervisión para garantizar que China aplique estrictamente las sanciones contra Corea del Norte y presionar a su gobierno para que tome medidas activas.
En segundo lugar, si se confirman las violaciones de las sanciones, la comunidad internacional debería considerar la ampliación de boicots secundarios (sanciones a terceros) contra empresas y entidades chinas que permitan estas infracciones.
Por último, la comunidad internacional, incluida Corea del Sur, debe cooperar para fortalecer la vigilancia marítima y desarrollar estrategias efectivas que impidan a Corea del Norte continuar con sus actividades ilegales.
El respaldo de China a Corea del Norte se basa en intereses estratégicos, pero esta estrecha alianza se está convirtiendo en una carga cada vez mayor para Pekín.
Para eliminar el contrabando y prevenir futuras tragedias, China debe tomar una decisión firme.
Para que las sanciones contra Corea del Norte tengan un impacto real, su principal patrocinador, China, debe asumir sus responsabilidades y cumplir con las normas internacionales como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta reciente colisión sitúa a China en un momento crucial. ¿Actuará como un miembro responsable de la comunidad internacional, o seguirá ignorando las actividades ilegales, arriesgándose a una mayor pérdida de confianza a nivel global?
*** Byung-kwang Park es investigador senior en el Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional (INSS) de Corea del Sur.
