Finalmente, se ha perpetrado el gobierno sanchestein que se empeñan en llamar “de progreso” pese a contar con el apoyo de nacionalistas y separatistas que, como sabemos bien los que llevamos años sufriendo sus regímenes, de progresistas tienen poco. Eso sí, en manipular el lenguaje son auténticos especialistas.

En Cataluña, desde la época del pujolismo, estamos acostumbrados a que los nacionalistas retuerzan el lenguaje para que las palabras signifiquen lo que ellos quieran o inventarse conceptos, normalmente eufemísticos, que resultan incomprensibles para la comunidad internacional. De hecho, en algunos casos, no saben ni cómo traducirlos, tal y como sucede con “derecho a decidir” o “lengua propia”.

Esto, lejos de ser ingenuo e inocuo, termina por crear unos marcos mentales que hacen que todo el mundo acabe jugando en su campo y con las reglas de juego que ellos establecen.

Ahora vemos lo mismo con el PSOE y con Podemos que, no en vano, en Cataluña se presentan como En Comú Podem liderado por personas declaradamente soberanistas (un nuevo eufemismo para camuflar su separatismo) y que reproducen fielmente el lenguaje nacionalista catalán: “Estado español” en lugar de “España”, “país” siempre referido a Cataluña… Así, no resulta extraño que en su día propusieran crear el Ministerio de Plurinacionalidad. Y aunque finalmente no han creado dicho Ministerio, siguen cavando trincheras a cuenta de las supuestas naciones que hay en España.

Desde el punto de vista jurídico, “nación” es el sujeto depositario de la soberanía y en cada ordenamiento solamente puede haber un soberano y, por eso, en la Constitución, la Nación Española es la única soberana. Imaginamos, pues, que no hablan de naciones desde el punto de vista jurídico sino que se refieren a la tercera acepción del Diccionario de la Real Academia Española de la lengua en la voz “nación”, que se define como “conjunto de personas de un mismo origen y que, generalmente, hablan un mismo idioma y tienen una tradición común”.

Ninguna de las llamadas “nacionalidades históricas” tiene su respectiva lengua vernácula como mayoritaria

Aquí la cosa se complica bastante porque ninguna de las comunidades que se suelen llamar “nacionalidades históricas” tiene su respectiva lengua vernácula como mayoritaria, ya que tanto en Galicia como en Cataluña y, sobre todo, en el País Vasco la lengua materna predominante y la más usada es el español.

Además, en el caso de las dos últimas, tampoco se puede hablar de un origen común ya que la mayoría de sus habitantes tiene su origen en otros lugares de España. Eso sin contar que, una vez superado el Romanticismo decimonónico, en el actual mundo globalizado y plurilingüe resulta totalmente anacrónico identificar lengua y nación. De hecho, eso solo lo hacen los nacionalistas.

En ocasiones, se utilizan documentos antiguos en los que aparece la palabra “nación” para reivindicar, por ejemplo, que Cataluña lo es, sin tener en cuenta que el término no significa lo mismo a partir de la Revolución Francesa que, por ejemplo, en el siglo XVII que se podía utilizar como “reino” pero también como “provincia”.

En general, el término “nación” es ambiguo, poco preciso y subjetivo siempre que no se refiere a un Estado-nación, es decir, lo que normalmente se conoce como país; con lo cual, hablar de “país plurinacional” o “país de países” resulta, cuando menos, confuso.

Es por eso que el simple hecho de plantearse cuáles son esas supuestas naciones es ya bastante complicado. Así, de entrada, parece que esas supuestas naciones se corresponden a las actuales comunidades autónomas, como si estas hubieran tenido los mismos límites geográficos a lo largo de toda la historia. Algo que, obviamente, no es así.

¿Todas las actuales comunidades autónomas tienen derecho a ser naciones o solo las llamadas 'históricas'?

Pero, ¿todas las actuales comunidades autónomas tienen derecho a ser naciones o solo las llamadas históricas? ¿Y cuál es, por ejemplo, la nación vasca? ¿Navarra es una nación en sí misma o forma parte de la nación vasca? ¿Y contamos como nación vasca el País Vasco francés?

Algo similar sucede con Cataluña pues, según ERC y la CUP, la nación completa son los Países Catalanes –como se encargó de recordar Rufián en el debate de investidura–, es decir, Cataluña, Baleares, la Comunidad Valenciana, la franja de Aragón, la pedanía del Carche, el Principado de Andorra, el Rosellón francés y la ciudad italiana de Alguer. Así que, cuándo se habla de país plurinacional, ¿incluyen esos territorios de Francia e Italia?

Como es de suponer que nadie está por la labor de buscar conflictos internacionales, así, sin salir de España, ¿quién decide cuáles son las naciones? Siguiendo la lógica de Podemos y el “derecho a decidir” que han reciclado de los nacionalistas catalanes cuando, por fin, había empezado a caer en desuso, se hará una consulta para que cada cual escoja cuáles son naciones y cuáles no. Pero ¿qué pasaría si, por ejemplo, en Cataluña se decide que la nación son los Países Catalanes pero en Baleares deciden que son una nación en sí misma y en la Comunidad Valenciana que quieren seguir siendo españoles?

O a lo mejor toman la vía del PSC. Iceta, por ejemplo, echó mano de los Estatutos, se puso a contar y le salieron ocho naciones. Eso de momento, porque ahora que León se quiere independizar de Castilla, igual la próxima vez que haga recuento ya son nueve.

Los que tienen tan clara la plurinacionalidad que han vendido España para seguir disfrutando del Falcon y la Moncloa tienen que explicar claramente cuáles son exactamente esas naciones, qué delimitación territorial tienen y cuál es el criterio para decidirlo. Esperamos expectantes su respuesta.

*** Sonia Sierra es diputada y portavoz de Educación de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña.