Qué gran domingo, señores. He comprado una falda divina en rebajas, hace un sol espléndido, Luis Miguel empieza su gira por España…

Y cuando ya pensaba que esto no podía mejorar, Soraya Sáenz de Santamaría, en un encuentro de afiliados, nos anuncia que ella, con Pedro Sánchez, es como Chenoa “porque cuando él va, yo ya vuelvo de allí".

Ojipláticos nos hemos quedado ante tal símil.

Tras esa gloriosa afirmación, Soraya ha repartido a diestro y siniestro, que si Sánchez, que si Rivera, que si Iglesias. Pim, pam, pum. Para acabar con un magnífico “Yo soy Soraya la del PP”, que no puede recordarme más al “Yo soy la Lola de España”.

Pero la cosa no empezaba aquí, sino en el aeropuerto camino a dicho encuentro, donde nuestra Soraya del PP español de todos los Santos le ha comentado al cámara que la estaba grabando que debían ir a la farmacia porque “no va a haber paracetamol en el mundo para quitarle a Pedro Sánchez el dolor de cabeza que le vamos a dar". Y se ha quedado tan a gusto, al más puro estilo Paquita Salas.

Y es que, señores, el verano ya está aquí y el panorama no puede presentarse más verbenero.

Tras ese Gobierno de Sánchez tan de anuncio, tan salao y tan de carambola, Soraya ha debido pensar que mejor se ponía a tono y estrenaba julio con un rollo moderno y trending topic. Y, oye, lo ha clavado. Porque Soraya, quieras que no, es humana, y que levante la mano la que no le ha soltado al chulito de turno ese socorrido “cuándo tú vas”, que ya forma parte del imaginario colectivo. Lo de “y de qué vas, mirándome atrás” quizás le ha parecido ya excesivo o puede que lo haya dejado para Monedero. Quién sabe.

Soraya la del PP no se aplatana con el calor, todo lo contrario, ella se postula como la candidata a la presidencia de su partido más súper poderosa de todas. Si los afiliados la eligen, derrotará a Pedro Sánchez, claro que sí.

Mientras los demás soñamos con la hamaca y una cerveza helada de litro y medio, ella pasa de la sombrilla y va a por todas. Qué energía, la leche.

Puede que su arranque festivalero no quede aquí y, en caso de que llegue a presidenta, se decida a formar un Ejecutivo bien divertido y bien de marketing, como el de la jaqueca. No olvidemos que Chenoa ya se ofreció en El Hormiguero como ministra de Transportes. Y yo no creo en las casualidades: si Soraya la del PP la ha nombrado, por algo será, que esta mujer no da puntada sin hilo. No creo yo que la mallorquina aceptara, que bastante tiene con sus cosas, pero tengo clarísimo que sus letras nos animarían los debates parlamentarios a base de bien.

Mientras Sánchez canturreara “presumiendo que lo sabe todo,

me dice cosas que no suenan del todo bien”, Soraya la del PP le contestaría “cuando yo voy, tú todavía estas aquí. Y crees que me puedes confundir”, a lo que Rivera podría tararear “no se da cuenta de que no me interesa, que lo que diga o lo que haga lo conozco bien”.

Y entonces, el hemiciclo al completo se levantaría para corear, todos al unísono “y no me hables de sexo seguro, ni plastifiques mi corazón. Ya estoy cansada de cuerpos duros y mentes blandas que no saben de amooooooor”.

Surrealista sí, pero no más que la comedia musical a la que asistimos día sí, día también. Así, al menos, sería entretenida. No como ahora.