Yolanda Díaz anunció ayer su intención de reformar la indemnización por despido para que "sea diferente según el impacto que el despido que tenga en las personas". Una etérea propuesta que tendrá consecuencias indeseables. El reclutamiento de enfermos de VIH y hepatitis C en las cárceles por parte del Grupo Wagner es un nuevo episodio de barbarie rusa en Ucrania. Y la eliminación del Barça en Champions deja al club en el alambre económico.

Yolanda Díaz.

Una ocurrencia peligrosa de Yolanda Díaz

La nueva plataforma política de Yolanda Díaz no acaba de despegar y sus perspectivas electorales no invitan precisamente a la euforia. Tal vez por eso la vicepresidenta segunda está intentando sacar el máximo rédito posible a su mandato en el Ministerio de Trabajo, con políticas de impacto como la reforma laboral, la subida del SMI o el nuevo Estatuto del Becario. Pero junto con estas medidas, la ministra también ha dejado por el camino ocurrencias que no han llegado a materializarse.

La última de ellas ha sido su propuesta de que la indemnización por despido pase a depender de circunstancias personales como la edad o el género. Esta idea del "despido reparativo", importada de otros países europeos, pretendería eliminar el "edadismo" y el sexismo del mercado de trabajo.

Es siempre loable la aspiración a una sociedad más igualitaria. Pero ajustar las indemnizaciones a la inabarcable miríada de realidades subjetivas existentes puede acabar logrando el efecto exactamente opuesto al deseado.

Porque aplicar este sistema particularista afectaría a los criterios de contratación. No resulta descabellado pensar que muchas empresas tendrán incentivos para contratar, precisamente, los perfiles sociodemográficos más "privilegiados". Además, obligaría a las empresas a desarrollar una política de contratación que calcule el coste del despido potencial. Un síntoma más del empeño de cierto progresismo por librarse de todo criterio objetivo.

¿Dónde estarán los límites de esta sustitución de la ética de la objetividad por la de la arbitrariedad? ¿Se tendrán en cuenta los criterios de vulnerabilidad por género y edad también para la política fiscal? En ese caso, las causas de desgravación serían incontables. 

No hay ningún análisis ni estudio fundamentado detrás de la propuesta de Díaz, que no parece ser mucho más que un pronto político. Pero el mero hecho de hacerla es indicativo del camino que pretende seguir. Uno muy peligroso, que obligaría a las empresas a mantener una política vigilante, siguiendo de cerca las vidas de los trabajadores para estimar cuándo procede despedir y cuándo no.

Vehículos militares rusos.

Seropositivos y hepatitis en el frente ucraniano

El Grupo Wagner estaría haciendo un reclutamiento masivo de prisioneros con enfermedades infecciosas graves en una colonia penitencial de San Petersburgo. El Servicio de Inteligencia ucraniano asegura que más de un centenar de prisioneros con VIH o hepatitis C han sido movilizados en el frente. Los mercenarios ya habrían reclutado 5.000 prisioneros de otras cárceles rusas en la última semana.

Y no sólo eso. Según las fuentes del Ministerio de Defensa ucraniano recogidas por Newsweek, Kyiv Post y Europa Press, los mercenarios están marcando a los combatientes infectados para distinguirlos de los sanos. Una macabra identificación para que los médicos sepan que deben negarles la atención médica en caso de resultar heridos.

Estas informaciones parecen verosímiles si atendemos a los sanguinarios antecedentes de esta empresa militar privada financiada indirectamente por el Kremlin. Los mercenarios de Wagner ya estuvieron implicados en la atroz matanza de Bucha y en las torturas y la masacre de los prisioneros de guerra ucranianos en Olenivka. Y la movilización de enfermos graves, usándolos descaradamente como carne de cañón, encaja en este patrón de inhumanidad y barbarie practicada por el comando paramilitar.

Xavi Hernández.

Xavi condena al Barça a la segunda división europea

Antes de que el Fútbol Club Barcelona iniciase su encuentro contra el Bayern de Múnich, el triunfo del Inter de Milán sobre el Viktoria Plzen ya había dejado matemáticamente fuera de la Champions League a los azulgrana. Era prácticamente imposible que el Barça se salvase de la eliminación, después de sus pésimos resultados en esta fase de grupos.

Que los de Xavi Hernández no hayan sido capaces de pasar siquiera a los octavos de final constituye un manifiesto fracaso, en la medida en que se había fijado el objetivo de llegar, como mínimo, hasta cuartos de final. La eliminación supondrá que las arcas del club dejen de ingresar entre 20 y 30 millones de euros. Unas pérdidas que podrían agravarse si los patrocinadores deciden abandonar un barco que se va a pique.

El roto económico puede ser mayúsculo y desbaratar el dudoso ingenio financiero de las "palancas" de Joan Laporta. El presidente del Barça se abandonó a la temeridad gerencial para poder sufragar los enormes requerimientos salariales de la ambiciosa nueva plantilla. Y condicionó su viabilidad económica a la obtención de eventuales buenos resultados deportivos, que de momento no se están produciendo.

Es cierto que las dos últimas goleadas en Liga a equipos de la zona alta de la tabla mantienen vivas las esperanzas del Barça de aspirar al título. Pero el fiasco en la Champions asesta un duro revés al proyecto de Xavi. Hay que recordar que el catalán sólo ha ganado la mitad de los partidos disputados. Y, en lo que lleva al frente del banquillo azulgrana, sólo ha ganado un partido en la Liga de Campeones, uno de los peores registros históricos de todos los entrenadores del club.

Las pobres estadísticas de Xavi han dilapidado el capital de ilusión que suscitaron los nuevos fichajes millonarios. Su fracaso en Champions condena al Barça a la segunda división europea. O sea, a jugar la Europa League.

*** El Merodeador es el seudónimo colectivo de la sección de Opinión de EL ESPAÑOL integrada por Cristian Campos, Jorge Raya Pons y Víctor Núñez.