La Comisión Europea reveló ayer una verdad incómoda para el Gobierno: su previsión de crecimiento no es creíble y el reajuste no puede esperar. Se trata de un duro golpe para la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que ha basado los Presupuestos Generales en un repunte del 6,5% para este año y de un 7% para 2022.

De acuerdo con los cálculos de la Unión Europea, menos optimista que la Moncloa, la economía nacional vivirá un incremento en 2021 del 4,6% (casi dos puntos de diferencia) y del 5,5% el siguiente (un punto y medio menos). España será por tanto el último país de la Unión Europea (UE) en volver a los niveles previos a la pandemia.

A esto se suma el estancamiento del comercio global motivado por la crisis energética y el bloqueo de las cadenas de suministro.

El escenario que asoma ante Calviño la deja atrapada entre la espada y la pared. La espada de la UE, que exige medidas tan impopulares como la reforma a la baja de las pensiones. Y la pared de Unidas Podemos, que promete turbulencias.

Ruptura

Yolanda Díaz no lo pondrá fácil tras celebrar públicamente el acuerdo por los presupuestos “más sociales de la historia”. Menos si cabe tras la tensión que ha generado el acuerdo del Gobierno y de la UE para alargar el período de cálculo de las pensiones en España a cambio de la apertura del grifo de los fondos europeos.

Como contamos en un editorial anterior, el acuerdo, que obligará a ajustar las pensiones a la esperanza de vida (superior a la de los años 80 y 90), ha generado una enorme tensión en Unidas Podemos. Y esa tensión no hará más que aumentar a lo largo del año que viene.

Cada vez es menos descabellado imaginar el divorcio del Gobierno de coalición en 2022. Ocurrirá cuando las reformas apalabradas tengan que transformarse en hechos y Unidas Podemos, incapaz de soportar las contradicciones y a un año de las elecciones generales, deje caer a Pedro Sánchez.

Oportunidad

La discordancia entre las previsiones del Gobierno y las de la UE podría ser amortizada por Pablo Casado de no ser por la torpeza que revela la inexplicable guerra que Génova le ha declarado a Isabel Díaz Ayuso. Una guerra que le ha hecho perder 17 escaños al PP durante el último mes y que le aleja de una oportunidad única para devolver al partido a la Moncloa.

¿Qué mejor ocasión tenía Casado para recordar que la Unión Europea le ha dado la razón, punto por punto, en cada uno de sus pronósticos acerca del estado de la economía española, menos boyante de lo que pretende el Gobierno? Esos pronósticos que han sido repetidamente ridiculizados por el propio presidente en el Congreso de los Diputados y que ahora han sido confirmados por Bruselas. 

Las previsiones de la UE, en cualquier caso, dejan un panorama temible. Con la recuperación ralentizada y el PSOE cautivo de los votos de Unidas Podemos, Calviño debe escoger bien sus cartas. Los fondos europeos están en juego.