El sistema de "cogobernanza" que ha elegido Pedro Sánchez para combatir la segunda ola del coronavirus está sumiendo a los españoles en la más absoluta confusión. El hecho de que cada Comunidad Autónoma pueda definir las características de su confinamiento genera inseguridad entre los ciudadanos y agravios comparativos entre territorios.

España camina además en dirección contraria a los países de su entorno: Macron ha decretado el confinamiento de toda Francia hasta el 1 de diciembre; Merkel ha adoptado medidas para Alemania entera, pese a contar con una estructura federal similar a nuestro Estado autonómico.

Catástrofe

Aquí, sin embargo, se permiten confinamientos a la carta: Isabel Díaz Ayuso interpreta la norma de forma que puede cerrar la Comunidad de Madrid por partes, sólo en los puentes. Galicia y Cataluña prefieren confinar por municipios. Andalucía lo hará por provincias... 19 formas diferentes de gestionar una misma catástrofe. 

Y ante la gravedad de la situación habrá que esperar hasta el próximo miércoles para que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud establezca si las restricciones de siete días son o no efectivas. Burocracia y lentitud.

Locura

Tiene razón Felipe González cuando define como "una puñetera locura" el mando múltiple para combatir la pandemia, y que permite a cada presidente autonómico convertirse en el cacique del lugar. 

Un estado de alarma excepcional de medio año y dudosa seguridad jurídica, caos generalizado y falta de liderazgo son ingredientes para una tormenta perfecta. Si no se pone remedio a este panorama, y a estas alturas ya no se puede ser muy optimista, la virulencia de esta segunda ola hará palidecer la de la pasada primavera. Y eso que estábamos avisados.