El acuerdo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar gobierno ha causado inquietud entre muchos ciudadanos, pero también en amplios sectores económicos. El mismo día de su presentación, el martes, cayó la Bolsa. Volvió a hacerlo ayer por segunda jornada consecutiva, y ya acumula 2,2 puntos de bajada.

Ocurre que el mercado financiero refleja el temor de los inversores a la posibilidad de que la política económica del próximo Ejecutivo acuse los dogmas izquierdistas que abandera la formación de Iglesias. Si ésa es la reacción ante la mera hipótesis de que el pacto cuaje, cabe imaginar qué ocurrirá si se concreta un gobierno que, entre otras cosas, tendrá que aflojar la chequera para satisfacer a los nueve partidos que por activa o por pasiva deben facilitar la investidura.

Compromisos 

Entre las exigencias fetiche de Podemos está la de ignorar algunos de los compromisos que adquirió España con la Unión Europea. Por ejemplo, el de finalizar el proceso de privatización de Bankia en 2021. De momento, el miedo a que Iglesias convierta esta entidad en un banco público ha hecho que sus acciones se desplomen y pierdan en sólo 48 horas el 7,7% de su valor.

Hay que tener en cuenta que el actual presidente del fondo de rescate, Jaime Ponce, deberá dejar su cargo en julio, lo que abre las puertas a que Podemos intente influir en el proceso. La economía española no puede funcionar con criterios bolivarianos. Bankia tiene que volver a ser un banco competitivo y operar en un marco de normalidad.  

Sin experimentos

Ante las alarmas que ya se perciben en el mundo económico, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, lanzaba este miércoles un mensaje tranquilizador a los empresarios: el Gobierno es "moderado" y se "atiene al interés general". Pero, ¿hay garantías de que lo pueda seguir siendo con Iglesias compartiendo la Moncloa?  

Sánchez está obligado a marcar unas líneas rojas que aseguren que no habrá experimentos en economía; aunque él sí que pueda ahora conciliar el sueño, ya hay quien empieza a sufrir pesadillas. Por lo pronto, convendría garantizar cuanto antes la viabilidad y seguridad económica de quienes tienen su ahorros e inversiones en Bankia.