Tras más de cuatro años de un gobierno de izquierda radical, el pueblo griego ha elegido primer ministro al conservador Kyriakosb Mitsotakis, líder de Nueva Democracia (ND), que ha obtenido en las elecciones generales celebradas este domingo una aplastante mayoría absoluta. Las políticas desmedidas de Syriza han causado un claro hartazgo en el electorado. Así, Mitsotakis podrá formar un gobierno sin la necesidad de buscar apoyos externos.

La desmedida dirección que había tomado el Ejecutivo de Tsipras en materia económica ha recibido un duro golpe en las urnas y devuelve el poder a una formación con un plan más sólido y acorde con una estabilidad necesaria que tiene en la bajada de impuestos uno de sus mayores reclamos. Las decisiones populistas de Syriza contra los banqueros, las directrices macroeconómicas de la Unión Europea, o el FMI han demostrado ser ineficientes y alejadas de toda realidad. Más aún cuando Grecia es uno de los países con los sueldos más bajos del UE.

Gasto público

Que las promesas de Tsipras en las que se comprometía a dominar las tendencias de los mercados mundiales, las directivas de la Unión y su "lucha" contra el sistema han caído en saco roto. El gasto público ha sido galopante y absurdo. De ahí, la huida de electores al partido de izquierdas tradicional y la pérdida de la ilusión ante la propaganda sobre una 'revolución' que nunca se ha llevado a cabo. Una vez más, las imaginaciones de la extrema izquierda se dan de bruces contra la realidad y deja en la inopia a un país con grandes dificultades y cuyo PIB no crece ni al 2%. Y se ve obligado a subsistir a pesar del rescate.

Lección

El caso griego debería servir de ejemplo para todas las formaciones populistas europeas que venden a los votantes paraísos inalcanzables y que con estas pretensiones hunden aún más a estados ya maltratados por la crisis económica. En el caso de España, Pedro Sánchez haría bien si fuese consciente de lo que puede suceder si cede ante las exigencias de un partido como Podemos. En nuestro país, ya se saben las consecuencias de este tipo de decisiones fiscales..

Con todas las salvedades, las elecciones en un país mediterráneo tienen que influir en el gabinete económico de Sánchez y aprender, en la medida de lo posible, de los efectos que tiene seguir planes económicos creados desde la imaginación y sin atender todo lo necesario a los indicadores y dirección del BCE. Pedro Sánchez debe repasar la lección que le dejan los comicios en el país heleno. Las líneas maestras las debe marcar Nadia Calviño: no queda otra.